martes, 29 de diciembre de 2009

Tolerancia cero

Creo que ya les he comentado lo mucho que me gustan los animales. Desde pequeña he tenido mascotas de casi todos los tipos: perros, gatos, conejos, catitas y hasta un zorzal. Para mí son parte esencial de mi hogar y no podría imaginarme viviendo sin ellas.

En mi casa quieren mucho a los animales y era común que cuando salíamos a caminar con mi papá o a comprar el pan, termináramos haciendo más de un "amigo perro" en el camino. Se me enseñó a tratarlos como parte de la familia, con respeto y cariño y es por eso que me resulta tan difícil entender cómo las personas pueden abusar de ellos o maltratarlos.

Sin embargo, poco a poco la mentalidad cambia y se crean referentes:




Además de una multa bastante alta (720 euros) y la pérdida de la custodia del can, las asociaciones de protección animal involucradas en el caso están pidiendo que este hombre nunca más pueda tener una mascota.

Me parece bien, pero a la vez curioso. Me pongo a pensar en los casos de maltrato infantil ¿por qué no piden castigos similares? Así como están protegiendo a esa perrita de su dueño, también deberían proteger a otras especies de mascotas y, sobre todo, a los niños.

Alguien que tiene repetidas denuncias o incluso condenas por maltratar a alguno de sus hijos o que los deja abandonados ¿debería tener más hijos? ¿qué se puede hacer en esos casos? Más de alguno pensará que soy un tanto extrema, pero yo creo que ante casos como éste, donde hay abandonos reiterados y golpizas, simplemente esa mujer debería quedar incapacitada para tener más hijos (y por qué no ese hombre también, que en estos casos siempre se les carga la mano a las mujeres. Ley pareja no es dura).

El derecho a tener una vida digna y una niñez feliz es muy superior (a mi juicio) al supuesto "derecho" a ser madre o padre (que he leído que alguna gente lo considera un "derecho", pues bien, entonces fíjense en las obligaciones que conlleva). Y alguien que evidentemente demuestra que no es capaz de cumplirlo, no debería tenerlo. Estamos hablando de vidas, de niños que no pidieron nacer y que mueren en manos de aquellos que deberían protegerlos.

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jueves, 24 de diciembre de 2009

Prioridades

Fin de año, hora de balances. Este año no ha sido particularmente bueno para mí y sin embargo el mal sabor de boca que había tenido hasta inicios de diciembre de repente fue reemplazado por una tibia sonrisa frente al espejo, casi un guiño.

Es cierto, hay muchas cosas que dejo pendientes para el próximo año -y sí son muy importantes-, pero hace poco descubrí que no dejé de lado algo esencial para mí: estar con los que quiero.

Puede sonar cliché y hasta un poco cursi (quizás lo sea), pero es cierto. Estos últimos años, cuando comienzas a entrar al mundo laboral, cuando dejas de ver a tus amigos de la universidad y juntarse con ellos es casi un lujo, cuando entre trabajos de horarios extenuantes y noviazgos nadie ve a nadie y termina imponiéndose el rotundo muro del silencio, cuando caerle bien al jefe significa hacer horas extras no pagadas, comer frente al computador cualquier cosa y tener como contacto más cercano alguna que otra charla por msn, debo decir (con mucho orgullo y alegría) que yo he optado por otra cosa.

En parte por mis circunstancias y en parte por opción, he descubierto que hay pocas cosas que me hacen más feliz que estar con los que quiero. Que dedicarle tiempo a mi familia, a mi novio y a mis amigos. Conversar con mi hermano, cocinar con mi mamá, estar con el hombre que amo, hacerme el tiempo para juntarme con mis amigos para comer algo rico, jugar rol y reírnos de la vida y de nosotros mismos. Son esas pequeñas cosas las que realmente me llenan, me hacen sentirme viva y tremendamente feliz.



El pájaro tiene su nido, la araña su tela, el hombre la amistad. William Blake.

En medio de una sociedad terriblemente competitiva y exitista*, mi opción puede parecer extraña. Es más, algunas personas ni siquiera lo consideran como una opción, simplemente asumen que hay que partirse trabajando, juntar dinero, ser reconocido en el trabajo, lograr la simpatía de los jefes, lograr la tan ansiada independencia económica y el depto. propio... porque sí. Porque es lo que todo el mundo hace, porque es lo que nos certifica como los adultos que pretendemos ser, porque es símbolo de que te está yendo bien y todos te preguntan esas cosas y te felicitan si saben que tienes trabajo y dinero (y eventualmente una relación amorosa más o menos estable).

No digo que eso esté mal ni mucho menos, digo que a mí no me parece que eso sea un fin en sí mismo. A mí no me basta con eso. Más aún en un mercado laboral que deja tan poco y nada a la realización personal. Seamos sinceros, la mayor parte de las veces la mentada realización profesional pasa más por proyectos personales que lo que te pueda ofrecer un trabajo la mayoría de las veces mediocre.

Conozco casos cercanos (y no tan cercanos) de gente que se mata trabajando 10 ó 15 horas diarias y que el poco tiempo que tiene libre lo dedica a su pareja, como es muy lógico. Sin embargo en esa vorágine deja a un lado a sus amigos y sus temas de conversación se vuelven irremediablemente aburridos y repetitivos: que la pega, que el jefe, que el novio/espos@, que los hijos. Y sería.

Puede que bajo esos patrones sociales no sea una persona exitosa, pero cuando en la noche me voy a dormir me hace tremendamente feliz tener tiempo para leer un buen libro, para regalonear a mi gata y sus pequeños, para escribir en este blog y leer los suyos, para juntarme con mis amigos (que aprovecho de decirlo, los quiero mucho), para escuchar a mi mamá y para abrazar a mi novio y dar largas caminatas tomando helado y conversando de nosotros y los otros. Esas son mis prioridades y haré lo posible y lo imposible para que los que quiero sigan estando en el número uno, para que el tiempo lo maneje yo y no él a mí, para que el trabajo sea lo que me permite estar con ustedes y no lo que me aleje.




Es el post cursi de fin de año. Tenía que ponerla =P


¡Felices fiestas!



* Dudosos patrones de éxito a mi juicio. El éxito es un asunto tremendamente personal y tiene que ver con lo que piensas de tí mismo antes de cerrar los ojos al ir a dormir. El resto es basura.

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

El público da asco

De tan enrabiada que estaba después de las elecciones, el lunes partí a ver 2012. Quería que el mundo ardiera, se hiciera añicos y con él la basura de especie que somos. Juro que disfruté las escenas donde las explosiones y la lava se venían encima de los protagonistas, o aquellas donde el agua lo cubría todo, lo inundaba todo. Sólo hay algo más catártico que eso y es tener un punshing ball, pero el Viejito Pascuero todavía no me lo trae =P

Así que me metí a la caverna y contemple el mundo ardiendo con una sonrisa en mis labios...




Tenía la intención de escribir una larga diatriba con toda mi rabia contra el mundo (y en especial contra la gente estúpida), pero encontré alguien que ya lo hizo (y posiblemente mucho mejor que yo). El gran George Carlin tiene, como casi siempre, las palabras adecuadas, el planteamiento preciso y, sobre todo, el humor. Porque "la risa nos mantiene más razonables que el enojo", nunca olviden reír después de enojarse =)

Habrán notado que hay una cosa de la que no me quejo: políticos. Todo el mundo se queja de los políticos, todo el mundo dice que son un asco. ¿Pero de dónde cree la gente que salen los políticos? No caen del cielo, no pasan a través de una membrana desde otra realidad. Vienen de ciudades americanas, familias americanas, hogares americanos, escuelas americanas, iglesias americanas, negocios americanos, y universidades americanas. Y son elegidos por ciudadanos americanos. Esto es lo mejor que podemos hacer chicos, esto es lo que ofrecemos, lo que produce nuestro sistema. Basura entra, basura sale.

Si tienes ciudadanos egoístas e ignorantes, vas a tener líderes egoístas e ignorantes. Y cuando llegue noviembre no va a cambiar nada, tendremos un nuevo montón de americanos egoístas e ignorantes. Así que quizás, quizás, quizás no son los políticos los que dan asco. Quizás es otra cosa lo que da asco aquí, como, el público.

Sí, el público da asco, ahí tienen un bonito eslogan de campaña para alguien: "El público da asco", ¡jode la esperanza, jode la esperanza!

Porque, si realmente todo es por culpa de los políticos, ¿dónde está toda la otra brillante gente de conciencia? ¿Dónde están todos los americanos brillantes, inteligentes y honestos, listos para presentarse y salvar a la nación, y liderar el camino? No tenemos esa clase de gente en este país. Todo el mundo está en el centro comercial, rascándose el culo, hurgándose la nariz, sacando la tarjeta de crédito y comprando un par de zapatillas con luces.

Así que yo he solucionado este pequeño dilema político para mí de una manera muy simple: el día de las elecciones, me quedo en casa. Yo no voto. Que les jodan, que les jodan. Yo no voto. Dos razones, dos razones por las que no voto, en primer lugar, no sirve de nada. Todo esto ya fue comprado, vendido y pagado hace mucho tiempo. La mierda que menean cada cuatro años... pfrrt, pfrrt, pfrrt, no significa una mierda.

Y en segundo lugar, no voto porque creo que, si votas, no tienes derecho a quejarte. A la gente le gusta darle la vuelta a eso, ya sé. Dicen: "pues si no votas, no tienes derechos" ¡Pero bueno! ¿Dónde está la lógica de eso? Si tú votas y eliges gente deshonesta e incompetente, llegan al gobierno y lo joden todo, ¡tú eres responsable de lo que han hecho!, ¡Tú causaste el problema, tú les votaste!, ¡Tú no tienes derecho a quejarte! Yo, por otra parte, que no voté, que no voté, que, de hecho, ni siquiera salí de casa el día de la elección, tengo todo el derecho a quejarme del desastre que ustedes crearon y con el que yo no tuve nada que ver.

Así que ya sé que a finales de este año van a tener una de esas molonas elecciones presidenciales que tanto les gustan, pásenlo bien, será muy divertido, estoy seguro que tan pronto como se termine la elección vuestro país mejorará inmediatamente. En cuanto a mí, estaré en casa ese día, haciendo esencialmente lo mismo que vosotros, la única diferencia es que cuando yo termine de masturbarme, tendré un poco de algo para enseñar. Gracias, chicos.


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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Herejía jedi (¿quién entiende Star Wars?)

“No me gustan estas películas de vampiros”
(Abuelita de una amiga viendo “El regreso del Jedi”)


Hace unos días veía un capítulo de la 4ª temporada de How I Met Your Mother donde el protagonista, Ted, después de pedirle matrimonio a la chica con la que venía saliendo hace pocos meses, se da cuenta de que todavía no la conoce bien. Entonces comienza a preguntarle una serie de cosas: cuándo dio su primer beso, a qué edad perdió la virginidad, qué color le gusta… cosas muy importantes, como se darán cuenta. Sin embargo, le falta algo fundamental: saber si le gusta Star Wars.

Alentado por su amigo y compañero de piso, Ted invita a su novia a una maratón de Star Wars convencido de que es un paso fundamental para afianzar su relación. Es más, el buen amigo incluso le aconseja que se fije bien en las decisiones que toma, pues considera obvio que jamás podrá llevarse bien con alguien a quien no le guste la mentada película. Lo peor: a ella le aburre soberanamente el asunto y él queda con la sensación de ser un divorciado antes de dar el ‘sí’.

Al contrario de la ficción, con mi novio nos llevamos excelente siendo él un fan de Star Wars y yo alguien a quien no sólo la película (y cuando hablo de Star Wars, hablo de la trilogía original) le aburre soberanamente sino que también se ha dado la paja el tiempo de criticar*.




Desde chica que intento verla en las continuas reposiciones que hace canal 13, con el afán de entender lo que miles de personas ven en ella y que yo, hasta el día de hoy, y después de ver por lo menos dos veces cada una, no entiendo. Quizás el problema esté en mí, es muy probable, mi cerebro es continua fuente de ideas criticonas y buscadoras de la quinta pata del gato.

Partamos por lo básico: la historia. Es lo más viejo y manido que se pueda esperar: la lucha entre el bien y el mal. Bien. Un cliché bien hecho puede ser una gran película.

Todo el resto, la intriga política, el romance y las frases pseudo sabias de Yoda son una bosta que en realidad a nadie le importan mucho. Acá lo que interesa es que los dos bandos se agarren a trompadas y ganen los buenos. Obvio.

Entremedio (y para hacerlo más cliché), Lucas lo condimenta con la historia del maestro y el discípulo, traiciones, amores imposible, buenos buenos y malos malos. Nada novedoso salvo la ambientación futurista con sus sables láser choris, robots, naves espaciales, explosiones.


Una de las pocas escenas que me gustan de esta peli. En todo caso más parece una escena de los muppets.


Ahora les diré lo que yo entiendo de Star Wars:
  • Que unos hippies que se visten como en el tiempo de Jesús (y son peligrosamente parecidos a los judíos) se oponen a un “imperio”… ¿no les suena familiar? (en todo caso a mí los romanos siempre me cayeron bien).
  • Que esos hippies son los “guardianes de la República”, una jerarquía parecida a la que tienen los militares según la Constitución Política de mi querido y bananero país. Acá ellos son los “garantes de la democracia”, lindo status.
  • Sin embargo, los hippies no son unos milicos cualquiera, sino que son una secta que dice poseer poderes especiales y que cree en algo llamado “la Fuerza”. Aquí la cosa se pone difícil. En el fondo la famosa “República” no es más que una teocracia encubierta, pues sus guardianes son esta milicia de monjes hippies a los que nadie eligió.
  • El sistema de gobierno de Star Wars tiene tanto de República como EE.UU. de democracia. Hay nobleza y, más aún, ¡¿pueden acceder a cargos en teoría de elección popular?! Ni los ingleses lo habrían pensado mejor.
  • ¿Qué tiene de malo el imperio si al final lo otro no era ni una república ni una democracia? Ahhh, es que ellos son malos, hablan ronco, se visten de negro, matan personas y, lo más importante, no pescan a los hippies porque ellos son mucho más poderosos. Mi opinión es que los jedis son el poder en las sombras que arman la guerra para poder volver a tener a todo el mundo por las bolas.
Les confesaré algo: los jedis me dan miedo. Los encuentro unas especies de rasputines siniestros. Prefiero 101 veces a los sith, al menos sé qué es lo que ellos quieren.


100% más cool


Más allá de la historia, plagada de referencias a la mitología judeocristiana, los avioncitos y los monos raros, la verdad es que la peli en sí me aburre un poco. Más bien harto. La encuentro latera, sin ritmo y con una vocación un tanto grandilocuente que no me gusta. Antes de seguir debo confesar algo, a mí me encantan las películas de acción, no va por ahí el asunto de que esta en particular me aburra, pero me gusta que se asuman como un producto liviano, que sean entretenidas, que haya harto balazo y persecución y, en lo posible, un toque de humor. Me encantan las Terminators (sobre todo la segunda), el otro día ví otra vez El Demoledor y me entretuve muchísimo, y para qué decir las de artes marciales (fui a ver “El reino prohibido” al cine sólo para ver en pantalla gigante cómo se agarraban a tunazos Jackie Chan y Jet Li) y las de gángster (la última que ví fue Enemigos Públicos; uno salía media sorda del cine de tantas balas =P).

Me encantan las películas de acción, las disfruto muchísimo, pero encuentro que cuando pasan a tener ese aire seriote de profecía o de religión, se van al carajo. Ya ven lo que le pasó a John Connors creyéndose el cuento. Si le van a poner una intriga política, hagan al menos que sea creíble, que sea un buen relleno y no unos diálogos inentendibles con frases grandilocuentes sin ningún significado. Lo que yo busco en una peli de este estilo no va más allá del ‘hola, nena, ¿quieres ver acción?’ y que acto seguido se agarren a combos, patadas karatecas, saltos ninja, escopetazos, ráfagas de metralla, se arrojen granadas o se disparen rayos desintegradores. ¿Es mucho pedir?

Por eso mi personaje favorito es Han Solo, un mercenario que no tiene idea qué carajos es “la Fuerza” (ni le importa), es el rey de las frases cliché y pelea como los hombres (mención aparte para Harrison Ford en sus años mozos: ¡qué bien sea veía!… aunque lo prefiero en Indiana Jones =P).



Si Star Wars hubiese sido así, yo habría sido la fan number one XD



* Yo no sé cómo demonios me soporta. Mi segundo pasatiempo favorito después de criticar Star Wars es criticar a Tolkien, uno de los autores favoritos de mi novio =P

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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Just beautiful

Esta es una de las cosas más bellas y poéticas que he escuchado en mi vida...



Simplemente quería compartirlo con ustedes.

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