martes, 29 de diciembre de 2009

Tolerancia cero

Creo que ya les he comentado lo mucho que me gustan los animales. Desde pequeña he tenido mascotas de casi todos los tipos: perros, gatos, conejos, catitas y hasta un zorzal. Para mí son parte esencial de mi hogar y no podría imaginarme viviendo sin ellas.

En mi casa quieren mucho a los animales y era común que cuando salíamos a caminar con mi papá o a comprar el pan, termináramos haciendo más de un "amigo perro" en el camino. Se me enseñó a tratarlos como parte de la familia, con respeto y cariño y es por eso que me resulta tan difícil entender cómo las personas pueden abusar de ellos o maltratarlos.

Sin embargo, poco a poco la mentalidad cambia y se crean referentes:




Además de una multa bastante alta (720 euros) y la pérdida de la custodia del can, las asociaciones de protección animal involucradas en el caso están pidiendo que este hombre nunca más pueda tener una mascota.

Me parece bien, pero a la vez curioso. Me pongo a pensar en los casos de maltrato infantil ¿por qué no piden castigos similares? Así como están protegiendo a esa perrita de su dueño, también deberían proteger a otras especies de mascotas y, sobre todo, a los niños.

Alguien que tiene repetidas denuncias o incluso condenas por maltratar a alguno de sus hijos o que los deja abandonados ¿debería tener más hijos? ¿qué se puede hacer en esos casos? Más de alguno pensará que soy un tanto extrema, pero yo creo que ante casos como éste, donde hay abandonos reiterados y golpizas, simplemente esa mujer debería quedar incapacitada para tener más hijos (y por qué no ese hombre también, que en estos casos siempre se les carga la mano a las mujeres. Ley pareja no es dura).

El derecho a tener una vida digna y una niñez feliz es muy superior (a mi juicio) al supuesto "derecho" a ser madre o padre (que he leído que alguna gente lo considera un "derecho", pues bien, entonces fíjense en las obligaciones que conlleva). Y alguien que evidentemente demuestra que no es capaz de cumplirlo, no debería tenerlo. Estamos hablando de vidas, de niños que no pidieron nacer y que mueren en manos de aquellos que deberían protegerlos.

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jueves, 24 de diciembre de 2009

Prioridades

Fin de año, hora de balances. Este año no ha sido particularmente bueno para mí y sin embargo el mal sabor de boca que había tenido hasta inicios de diciembre de repente fue reemplazado por una tibia sonrisa frente al espejo, casi un guiño.

Es cierto, hay muchas cosas que dejo pendientes para el próximo año -y sí son muy importantes-, pero hace poco descubrí que no dejé de lado algo esencial para mí: estar con los que quiero.

Puede sonar cliché y hasta un poco cursi (quizás lo sea), pero es cierto. Estos últimos años, cuando comienzas a entrar al mundo laboral, cuando dejas de ver a tus amigos de la universidad y juntarse con ellos es casi un lujo, cuando entre trabajos de horarios extenuantes y noviazgos nadie ve a nadie y termina imponiéndose el rotundo muro del silencio, cuando caerle bien al jefe significa hacer horas extras no pagadas, comer frente al computador cualquier cosa y tener como contacto más cercano alguna que otra charla por msn, debo decir (con mucho orgullo y alegría) que yo he optado por otra cosa.

En parte por mis circunstancias y en parte por opción, he descubierto que hay pocas cosas que me hacen más feliz que estar con los que quiero. Que dedicarle tiempo a mi familia, a mi novio y a mis amigos. Conversar con mi hermano, cocinar con mi mamá, estar con el hombre que amo, hacerme el tiempo para juntarme con mis amigos para comer algo rico, jugar rol y reírnos de la vida y de nosotros mismos. Son esas pequeñas cosas las que realmente me llenan, me hacen sentirme viva y tremendamente feliz.



El pájaro tiene su nido, la araña su tela, el hombre la amistad. William Blake.

En medio de una sociedad terriblemente competitiva y exitista*, mi opción puede parecer extraña. Es más, algunas personas ni siquiera lo consideran como una opción, simplemente asumen que hay que partirse trabajando, juntar dinero, ser reconocido en el trabajo, lograr la simpatía de los jefes, lograr la tan ansiada independencia económica y el depto. propio... porque sí. Porque es lo que todo el mundo hace, porque es lo que nos certifica como los adultos que pretendemos ser, porque es símbolo de que te está yendo bien y todos te preguntan esas cosas y te felicitan si saben que tienes trabajo y dinero (y eventualmente una relación amorosa más o menos estable).

No digo que eso esté mal ni mucho menos, digo que a mí no me parece que eso sea un fin en sí mismo. A mí no me basta con eso. Más aún en un mercado laboral que deja tan poco y nada a la realización personal. Seamos sinceros, la mayor parte de las veces la mentada realización profesional pasa más por proyectos personales que lo que te pueda ofrecer un trabajo la mayoría de las veces mediocre.

Conozco casos cercanos (y no tan cercanos) de gente que se mata trabajando 10 ó 15 horas diarias y que el poco tiempo que tiene libre lo dedica a su pareja, como es muy lógico. Sin embargo en esa vorágine deja a un lado a sus amigos y sus temas de conversación se vuelven irremediablemente aburridos y repetitivos: que la pega, que el jefe, que el novio/espos@, que los hijos. Y sería.

Puede que bajo esos patrones sociales no sea una persona exitosa, pero cuando en la noche me voy a dormir me hace tremendamente feliz tener tiempo para leer un buen libro, para regalonear a mi gata y sus pequeños, para escribir en este blog y leer los suyos, para juntarme con mis amigos (que aprovecho de decirlo, los quiero mucho), para escuchar a mi mamá y para abrazar a mi novio y dar largas caminatas tomando helado y conversando de nosotros y los otros. Esas son mis prioridades y haré lo posible y lo imposible para que los que quiero sigan estando en el número uno, para que el tiempo lo maneje yo y no él a mí, para que el trabajo sea lo que me permite estar con ustedes y no lo que me aleje.




Es el post cursi de fin de año. Tenía que ponerla =P


¡Felices fiestas!



* Dudosos patrones de éxito a mi juicio. El éxito es un asunto tremendamente personal y tiene que ver con lo que piensas de tí mismo antes de cerrar los ojos al ir a dormir. El resto es basura.

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

El público da asco

De tan enrabiada que estaba después de las elecciones, el lunes partí a ver 2012. Quería que el mundo ardiera, se hiciera añicos y con él la basura de especie que somos. Juro que disfruté las escenas donde las explosiones y la lava se venían encima de los protagonistas, o aquellas donde el agua lo cubría todo, lo inundaba todo. Sólo hay algo más catártico que eso y es tener un punshing ball, pero el Viejito Pascuero todavía no me lo trae =P

Así que me metí a la caverna y contemple el mundo ardiendo con una sonrisa en mis labios...




Tenía la intención de escribir una larga diatriba con toda mi rabia contra el mundo (y en especial contra la gente estúpida), pero encontré alguien que ya lo hizo (y posiblemente mucho mejor que yo). El gran George Carlin tiene, como casi siempre, las palabras adecuadas, el planteamiento preciso y, sobre todo, el humor. Porque "la risa nos mantiene más razonables que el enojo", nunca olviden reír después de enojarse =)

Habrán notado que hay una cosa de la que no me quejo: políticos. Todo el mundo se queja de los políticos, todo el mundo dice que son un asco. ¿Pero de dónde cree la gente que salen los políticos? No caen del cielo, no pasan a través de una membrana desde otra realidad. Vienen de ciudades americanas, familias americanas, hogares americanos, escuelas americanas, iglesias americanas, negocios americanos, y universidades americanas. Y son elegidos por ciudadanos americanos. Esto es lo mejor que podemos hacer chicos, esto es lo que ofrecemos, lo que produce nuestro sistema. Basura entra, basura sale.

Si tienes ciudadanos egoístas e ignorantes, vas a tener líderes egoístas e ignorantes. Y cuando llegue noviembre no va a cambiar nada, tendremos un nuevo montón de americanos egoístas e ignorantes. Así que quizás, quizás, quizás no son los políticos los que dan asco. Quizás es otra cosa lo que da asco aquí, como, el público.

Sí, el público da asco, ahí tienen un bonito eslogan de campaña para alguien: "El público da asco", ¡jode la esperanza, jode la esperanza!

Porque, si realmente todo es por culpa de los políticos, ¿dónde está toda la otra brillante gente de conciencia? ¿Dónde están todos los americanos brillantes, inteligentes y honestos, listos para presentarse y salvar a la nación, y liderar el camino? No tenemos esa clase de gente en este país. Todo el mundo está en el centro comercial, rascándose el culo, hurgándose la nariz, sacando la tarjeta de crédito y comprando un par de zapatillas con luces.

Así que yo he solucionado este pequeño dilema político para mí de una manera muy simple: el día de las elecciones, me quedo en casa. Yo no voto. Que les jodan, que les jodan. Yo no voto. Dos razones, dos razones por las que no voto, en primer lugar, no sirve de nada. Todo esto ya fue comprado, vendido y pagado hace mucho tiempo. La mierda que menean cada cuatro años... pfrrt, pfrrt, pfrrt, no significa una mierda.

Y en segundo lugar, no voto porque creo que, si votas, no tienes derecho a quejarte. A la gente le gusta darle la vuelta a eso, ya sé. Dicen: "pues si no votas, no tienes derechos" ¡Pero bueno! ¿Dónde está la lógica de eso? Si tú votas y eliges gente deshonesta e incompetente, llegan al gobierno y lo joden todo, ¡tú eres responsable de lo que han hecho!, ¡Tú causaste el problema, tú les votaste!, ¡Tú no tienes derecho a quejarte! Yo, por otra parte, que no voté, que no voté, que, de hecho, ni siquiera salí de casa el día de la elección, tengo todo el derecho a quejarme del desastre que ustedes crearon y con el que yo no tuve nada que ver.

Así que ya sé que a finales de este año van a tener una de esas molonas elecciones presidenciales que tanto les gustan, pásenlo bien, será muy divertido, estoy seguro que tan pronto como se termine la elección vuestro país mejorará inmediatamente. En cuanto a mí, estaré en casa ese día, haciendo esencialmente lo mismo que vosotros, la única diferencia es que cuando yo termine de masturbarme, tendré un poco de algo para enseñar. Gracias, chicos.


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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Herejía jedi (¿quién entiende Star Wars?)

“No me gustan estas películas de vampiros”
(Abuelita de una amiga viendo “El regreso del Jedi”)


Hace unos días veía un capítulo de la 4ª temporada de How I Met Your Mother donde el protagonista, Ted, después de pedirle matrimonio a la chica con la que venía saliendo hace pocos meses, se da cuenta de que todavía no la conoce bien. Entonces comienza a preguntarle una serie de cosas: cuándo dio su primer beso, a qué edad perdió la virginidad, qué color le gusta… cosas muy importantes, como se darán cuenta. Sin embargo, le falta algo fundamental: saber si le gusta Star Wars.

Alentado por su amigo y compañero de piso, Ted invita a su novia a una maratón de Star Wars convencido de que es un paso fundamental para afianzar su relación. Es más, el buen amigo incluso le aconseja que se fije bien en las decisiones que toma, pues considera obvio que jamás podrá llevarse bien con alguien a quien no le guste la mentada película. Lo peor: a ella le aburre soberanamente el asunto y él queda con la sensación de ser un divorciado antes de dar el ‘sí’.

Al contrario de la ficción, con mi novio nos llevamos excelente siendo él un fan de Star Wars y yo alguien a quien no sólo la película (y cuando hablo de Star Wars, hablo de la trilogía original) le aburre soberanamente sino que también se ha dado la paja el tiempo de criticar*.




Desde chica que intento verla en las continuas reposiciones que hace canal 13, con el afán de entender lo que miles de personas ven en ella y que yo, hasta el día de hoy, y después de ver por lo menos dos veces cada una, no entiendo. Quizás el problema esté en mí, es muy probable, mi cerebro es continua fuente de ideas criticonas y buscadoras de la quinta pata del gato.

Partamos por lo básico: la historia. Es lo más viejo y manido que se pueda esperar: la lucha entre el bien y el mal. Bien. Un cliché bien hecho puede ser una gran película.

Todo el resto, la intriga política, el romance y las frases pseudo sabias de Yoda son una bosta que en realidad a nadie le importan mucho. Acá lo que interesa es que los dos bandos se agarren a trompadas y ganen los buenos. Obvio.

Entremedio (y para hacerlo más cliché), Lucas lo condimenta con la historia del maestro y el discípulo, traiciones, amores imposible, buenos buenos y malos malos. Nada novedoso salvo la ambientación futurista con sus sables láser choris, robots, naves espaciales, explosiones.


Una de las pocas escenas que me gustan de esta peli. En todo caso más parece una escena de los muppets.


Ahora les diré lo que yo entiendo de Star Wars:
  • Que unos hippies que se visten como en el tiempo de Jesús (y son peligrosamente parecidos a los judíos) se oponen a un “imperio”… ¿no les suena familiar? (en todo caso a mí los romanos siempre me cayeron bien).
  • Que esos hippies son los “guardianes de la República”, una jerarquía parecida a la que tienen los militares según la Constitución Política de mi querido y bananero país. Acá ellos son los “garantes de la democracia”, lindo status.
  • Sin embargo, los hippies no son unos milicos cualquiera, sino que son una secta que dice poseer poderes especiales y que cree en algo llamado “la Fuerza”. Aquí la cosa se pone difícil. En el fondo la famosa “República” no es más que una teocracia encubierta, pues sus guardianes son esta milicia de monjes hippies a los que nadie eligió.
  • El sistema de gobierno de Star Wars tiene tanto de República como EE.UU. de democracia. Hay nobleza y, más aún, ¡¿pueden acceder a cargos en teoría de elección popular?! Ni los ingleses lo habrían pensado mejor.
  • ¿Qué tiene de malo el imperio si al final lo otro no era ni una república ni una democracia? Ahhh, es que ellos son malos, hablan ronco, se visten de negro, matan personas y, lo más importante, no pescan a los hippies porque ellos son mucho más poderosos. Mi opinión es que los jedis son el poder en las sombras que arman la guerra para poder volver a tener a todo el mundo por las bolas.
Les confesaré algo: los jedis me dan miedo. Los encuentro unas especies de rasputines siniestros. Prefiero 101 veces a los sith, al menos sé qué es lo que ellos quieren.


100% más cool


Más allá de la historia, plagada de referencias a la mitología judeocristiana, los avioncitos y los monos raros, la verdad es que la peli en sí me aburre un poco. Más bien harto. La encuentro latera, sin ritmo y con una vocación un tanto grandilocuente que no me gusta. Antes de seguir debo confesar algo, a mí me encantan las películas de acción, no va por ahí el asunto de que esta en particular me aburra, pero me gusta que se asuman como un producto liviano, que sean entretenidas, que haya harto balazo y persecución y, en lo posible, un toque de humor. Me encantan las Terminators (sobre todo la segunda), el otro día ví otra vez El Demoledor y me entretuve muchísimo, y para qué decir las de artes marciales (fui a ver “El reino prohibido” al cine sólo para ver en pantalla gigante cómo se agarraban a tunazos Jackie Chan y Jet Li) y las de gángster (la última que ví fue Enemigos Públicos; uno salía media sorda del cine de tantas balas =P).

Me encantan las películas de acción, las disfruto muchísimo, pero encuentro que cuando pasan a tener ese aire seriote de profecía o de religión, se van al carajo. Ya ven lo que le pasó a John Connors creyéndose el cuento. Si le van a poner una intriga política, hagan al menos que sea creíble, que sea un buen relleno y no unos diálogos inentendibles con frases grandilocuentes sin ningún significado. Lo que yo busco en una peli de este estilo no va más allá del ‘hola, nena, ¿quieres ver acción?’ y que acto seguido se agarren a combos, patadas karatecas, saltos ninja, escopetazos, ráfagas de metralla, se arrojen granadas o se disparen rayos desintegradores. ¿Es mucho pedir?

Por eso mi personaje favorito es Han Solo, un mercenario que no tiene idea qué carajos es “la Fuerza” (ni le importa), es el rey de las frases cliché y pelea como los hombres (mención aparte para Harrison Ford en sus años mozos: ¡qué bien sea veía!… aunque lo prefiero en Indiana Jones =P).



Si Star Wars hubiese sido así, yo habría sido la fan number one XD



* Yo no sé cómo demonios me soporta. Mi segundo pasatiempo favorito después de criticar Star Wars es criticar a Tolkien, uno de los autores favoritos de mi novio =P

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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Just beautiful

Esta es una de las cosas más bellas y poéticas que he escuchado en mi vida...



Simplemente quería compartirlo con ustedes.

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jueves, 26 de noviembre de 2009

Vida, muerte y lo que hay entremedio

“But now I have come to believe that the whole world is an enigma, a harmless enigma that is made terrible by our own mad attempt to interpret it as though it had an underlying truth”.
Umberto Eco

Lamento no haber publicado nada recientemente, he estado bastante ocupada en estos días sobre todo debido a un hecho en particular: el nacimiento de los hijos de mi gata. Sucedió el sábado a eso de mediodía y realmente fue algo maravilloso. Yo ya había visto nacer antes a gatitos (los hijos de la Niña), pero de eso ya han pasado unos 10 años y ahora volví a emocionarme.

No sé si a ustedes les ha pasado, pero estar presente en algún nacimiento debe ser uno de los instantes más mágicos de la vida. Es curioso, pero ahora que escribo de esto y trato de describir lo que sentí en esos momentos, lo primero que se me vino a la mente fue una imagen de muerte: la imagen de mi padre en el ataúd.

Son momentos de cambios profundos, de tránsitos entre lo que no conocemos y este mundo, entre ese vientre oscuro donde se formaron esas 4 ratitas a partir de un par de células y la posibilidad de poder verlas y acariciarlas. Pero también es el proceso inverso, ese por medio el cual algo que estaba vivo pierde esa llama.

También me pasó cuando murió mi gatita, hace poco. Yo sostuve su cabeza entre mis manos y no paré de hacerle cariño, mientras el veterinario aplicaba distintas inyecciones que finalmente la dormirían para siempre. Primero sus ojos se cerraron y después su respiración se fue haciendo cada vez más débil, más lenta, más tenue, hasta que ya no respiró más. Y entonces eso a lo que acariciaba seguía siendo el cuerpo del ser querido, pero ya no era mi gata, era ‘algo’ a mitad de camino entre lo que amaba y materia en proceso de descomposición.

Cuando mi papá agonizaba en el hospital volvió a ocurrir, pero esta vez el proceso fue tan lento que parecía que no avanzaba. Durante un poco más de mes y medio, mi papá estuvo inconsciente, postrado en una cama, conectado a diversas sondas que introducían y extraían sustancias de su ser. Ese cuerpo era el de mi padre, pero lo cierto es que cada día que pasaba se asemejaba menos a mi padre. Era como si los rasgos fuesen perdiendo esa fuerza vital que los animaba... como si una parte se hubiese ido, dejando a la otra sin carácter propio.

El proceso culminó el día que lo ví en el ataúd. Era mi padre, por supuesto que era él, pero al mismo tiempo era un cuerpo, una parodia de ser humano, un ‘algo’, no un ‘alguien’.

Es difícil de explicar, pero me pasa que en estos momentos tan disímiles entre sí he sentido esa puerta, ese límite entre lo que somos y cuando ya no se es, entre lo que no estaba y lo que ahora vive. Es como cuando lees Frankenstein en el momento cúlmine, cuando ese constructo, ese amasijo de carne se vuelve un ser viviente y aún así nos enfrentamos al misterio del ‘qué es eso’, y nos quedamos pasmados ante el hecho tan simple de la vida. Tan simple, pero que lo es todo.



“El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado”.
Mahatma Gandhi

*Imagen sacada de http://redjuice.deviantart.com/art/Life-and-death-49885704

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Respuestas malditas

Una vez hace varios años, estando en la Facultad una mañana heladísima de invierno, llegó una amiga atrasada mientras nosotros estábamos comprando tecitos en el kiosko. Saludó a todos con el “Hola, cómo estás?” de rigor, y todos respondieron con el “Bien gracias ¿y tú?” de rigor... hasta que llegó a mí.

- Hola, ¿cómo estás?
- Pésimo, gracias.

Hasta el día de hoy me lo saca en cara muerta de la risa. Claro, en ese momento me quedó mirando con una cara como si hubiese visto un extraterrestre moquillento y de voz ronca (que estaba con una gripe de aquellas y realmente me sentía horrible).

La anécdota me hace gracia porque demuestra (una vez más) que la mayoría de nosotros no estamos preparados para escuchar una respuesta alternativa a una pregunta que creemos obvia. Por el contrario, nuestros oídos están adiestrados para escuchar las respuestas tipo que suelen darnos (y que damos) ante preguntas como “¿cómo estás?”, “¿qué hora es?” o “¿cómo te ha ido?”. Un “pésimo, gracias”, “qué te importa” o “porqué no te compras un reloj”, son excepciones a la regla, son ruidos raros, pequeñas subversiones... son lo inesperado.

Pero el punto es que muchas veces estas “respuestas malditas” encierran más verdad que una respuesta tipo. Ese día realmente me sentía pésimo. Claro, podría haberle dicho “bien, gracias, pero la verdad es que ando con una gripe del demonio”. Pero me salió del alma. Me sentía mal y simplemente lo dije, sin pensar siquiera que era algo tan raro (todavía no sé porqué se extrañó tanto).


"Unexpected Answer" de René Magritte.

Pero respuestas malditas hay siempre, para todo. Que no las ocupemos lo suficiente no significa que no existan, significa que las escondemos por vergüenza o para ser políticamente correctos. Porque así como uno puede contestar un inocente “pésimo, gracias”, hay otras respuestas a preguntas de mayor calibre que suelen caer muy mal... pero que a veces tienen mucho de verdad.

Pondré un ejemplo bastante fuerte: el aborto.

Hace un tiempo en un sitio bastante interesante, nos trabamos en una discusión sobre el aborto a raíz de un caso muy polémico acá en Chile. Se trataba de una chica de 14 años que fue violada a pocas cuadras de un cine donde acababa de ver una película con su novio. No bastando con el trauma que significa el abuso, la madre tuvo que recorrer varias farmacias buscando la famosa píldora del día después, sin éxito. Finalmente, y después de varias horas, se le suministró un tratamiento hormonal alternativo.

Como a los que nos gusta discutir tenemos debilidad por la ficción y los “qué habría pasado si...”, comenzamos a hablar sobre el aborto y qué habría pasado si la chica hubiese quedado embarazada de su violador en un país como este, donde el aborto es un delito.

No puedo decir que esté a favor del aborto, porque es una trampa lingüística. Simplemente no veo motivos suficientes para estar en contra, sobre todo en aquellos casos de violaciones, malformaciones o peligro de la vida de la madre. Pero tampoco me complica mucho la vida que alguien decida hacerlo por opción personal.

Más allá de las posturas éticas y morales que puedan tener ustedes o yo, lo que a mí me importa es verlo como un tema de salud pública. Al año miles de mujeres abortan, y la gran mayoría de ellas lo va a hacer sí o sí, por más leyes restrictivas que existan. El problema es que algunas lo van a hacer en una clínica del barrio alto y van a presentar una licencia médica por apendicitis, o lo van a hacer al extranjero, y otras lo harán con un médico trucho o una vieja con cara de bruja, se meterán cualquier cosa con tal de sacar al parásito que llevan dentro y, probablemente, terminarán con una hemorragia y una infección de la puta madre. Eso es lo que a mí no me interesa que pase. Si lo van a hacer, bueno, que estén al tanto de todo, y que lo puedan hacer con las condiciones higiénicas mínimas. Punto.

Bueno, el caso es que uno de los participantes en la discusión me hace la pregunta del millón: “¿acaso crees que la vida de esa niña de 14 años vale más que la de un feto?”.

Pues sí.




A más de alguien puede sonarle incómodo, políticamente incorrecto o, incluso, aberrante. Pero lo cierto es que creo que, cuando se dan este tipo de discusiones se mezclan dos planos: el abstracto y el concreto con el sólo fin de confundir (o porque ya están demasiado confundidos).

Por un lado tenemos a la vida como concepto abstracto que para algunos tiene una especie de valor intrínseco (para mí es un hecho, simplemente). Y ahí están todas aquellas declaraciones, palabras de buena crianza y clases de catequesis que hablan de que la vida es hermosa y que ninguna vida superior a otra.

Por otro lado tenemos la vida real, donde ese discurso no siempre es 100% aplicable (por no decir que casi nunca lo es). Y en la vida real es incomparable la vida de una chica de 14 años que ama y es amada, que ha llorado y ha reído, que tiene familia, amigos y enemigos, en fin, que tiene una historia, con la de algo (o alguien) que tiene el ‘potencial’ para eso... pero que no lo es.

Por eso para mí es sí una y mil veces, aunque sea una respuesta maldita.

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Citas citables

Cita, s. Repetición errónea de palabras ajenas.
Ambrose Bierce, “Diccionario del Diablo”



Había en el Reader Digest una sección que me gustaba mucho cuando chica: las “citas citables”, una especie de compendio de las más altas cotas de inteligencia y estupidez, filtradas por el sentido común... o sea, una cosa rara.

Siempre me han gustado las citas. Me gusta buscarlas, escribirlas, darle vueltas en la cabeza. Creo que es una especie de talento eso de encontrar las palabras adecuadas para decir exactamente lo que quieres, con el dejo justo de ironía o el brillante sentido del absurdo.

Mis favoritas son las de Groucho Marx y las de Oscar Wilde. Me encantan que sean ácidos, que se caguen en lo políticamente correcto y en las convenciones sociales, que sean contingentes (a veces es una pena que sigan siéndolo) y sarcásticos.

Sin embargo, decir las cosas con la cantidad justa de sustantivos, adjetivos, inteligencia y humor no es algo que se no dé a todos por igual. Y si algunos simplemente no somos tan atinados o agudos, otros simplemente saben hilar dos frases para poner (una vez más) en vergüenza a la raza humana.



 Un de los tantos bombones de Crónica TV


Este es el caso tristemente* célebre de José Toribio Merino militar chileno golpista y amigo de la botella y las cámaras de televisión. Dice wikipedia que fue el hombre que “le puso hora y fecha al Golpe de Estado”, aunque yo más bien creo que se trató de delirios de borrachín (“Augusto, el 11 en mi casa, acuérdate de traer el whisky”).

José Toribio, mal recordado por tener su lengua indefectiblemente atascada por dudosos efectos de algún tipo de brebaje, fue quien por años sacó más de una sonrisa en medio de tiempos oscuros y turbulentos. Es más, en épocas donde había que elegir entre el Guatón Francisco y Pepito TV (personajes fomes donde los haya), él, conmovido por la falta de buenos programas de humor en la televisión, decidió instaurar una gran tradición: los martes de Merino.

Todos los martes este engendro entre un Rafael Gumucio borracho con el intelecto de Mariah Carey y la brillantez de George W. Bush, se mandaba largos discursos y análisis de política internacional frente a los tristes ojos de periodistas que tenían que ponerle el micrófono y aguantar firmes a que no se les escapara una carcajada. Dura tarea.

Aquí les traigo algunas de sus joyitas. Noten con especial atención el análisis que va desde el segundo 11 hasta el 29, más o menos.




Si no entendió bien, se los transcribo:

“Solamente Rusia, que es un país de esencia terrestre, ha podido aceptar ser marxista durante más de 50 años porque su población no tiene la dinámica de la población chilena que nació junto al mar, porque su población es semi vegetal”.

El Almirante, digno del más beodísimo respeto, nos muestra cómo se puede entender una cultura distinta a partir de su emplazamiento geográfico, demostrándonos que la inteligencia militar es a la inteligencia lo que la música militar es a la música (gracias San Groucho).

Nadie puede olvidar tampoco cuando llamó a los bolivianos “auquénidos metamorfoseados”, creando no sólo un neologismo, sino un nuevo concepto paradigmático.

Porque después de las citas sublimes, sólo las más patéticas, absurdas y estúpidas son las que vale la pena recordar.

"Citadme diciendo que me han citado mal"
Groucho Marx


* En realidad tristemente para los chilenos que lo tuvimos como Comandante en Jefe de la Armada y miembro de la Junta Militar, pero un chiste infinitamente mejor que eso para la humanidad.

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jueves, 22 de octubre de 2009

Jóvenes discretos

Al parecer me está llegando spam bastante más interesante del que le llega a La Peleadora XD

Por qué siempre satisfacen a los hombres? (bueno, supongo que todo el mundo tiene derecho a sentirse satisfecho, ¿no?)

Acaso las mujeres no les gusta también el sexo ocasional o pagado? (dejémoslo en que nos gusta el sexo... y quién quiere pagar si lo puede tener gratis? =P)

Somos dos jóvenes de 26 y 28 años, ambos heterosexuales, contextura normal (me quedó muy claro cómo son), ofrecemos compañía a mujeres que quieran pasar un rato agradable sin tapujos, que se sientan solas, que quieran pasarlo bien y lo más importante que les guste el sexo al igual que nosotros (ya lo saben chicas).

Nos puedes contactar con total discreción a nuestra casilla de correo y coordinar una salida donde tu quieras llevarnos (a pasear?), juntos o de a uno (en la variedad está el gusto... dicen): jovenes.interesantes@gmail.com, es un tema totalmente discreto (las cosas que llegan a mi spam no se tratan con mucha discreción).

Tarifas conversables (luca para la bip?)

Te esperamos (y lo seguirán haciendo).




Después de lo del mítico Café Perverso, esto es lo más entretenido que ha llegado a mi spam.

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miércoles, 14 de octubre de 2009

El ataque del papa de 13 metros

Ante la delirante idea de construir una estatua de 13 metros del Papa Juan Pablo II en un céntrico y bohemio barrio de Santiago, han propuesto la no menos delirante idea de erigir una estatua de 26 metros de Darwin frente a la Universidad Católica.

Exijo una explicación.




Todo partió hace ya bastante tiempo cuando al Barrio Bellavista, conocido por sus bares de mala muerte, sus discoteques de mala muerte, sus pubs de mala muerte y por la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, llegaron a instalarse 2 sedes de universidades privadas.

El problema fue particularmente con una de ellas –la Universidad San Sebastián–, que en su proyecto urbanístico (bastante irregular al parecer) incluía no sólo su sede, sino además tres torres de departamentos (de 19 pisos cada una), un cine y una “intervención” en la plaza que está justo al frente, a un costado del río Mapocho y también frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. La idea era construir allí una estatua de 13 metros del fallecido y carcomido por los gusanos Karol Wojtila, aka Juan Pablo II.

Inmediatamente se levantaron voces de protesta quienes, vistiéndose con las pieles del sector “progre” chileno pusieron el grito en el cielo por tamaña barbaridad, este horroroso atentado a la libertad de expresión y armaron escándalo en los medios de comunicación.




La última que se les ocurrió fue hacer (a modo de protesta) un grupo en Facebook que llama a construir una estatua de Darwin de 26 metros frente a la Universidad Católica, convirtiendo lo que debería ser un problema de uso de los espacios públicos en una disputa ideológica.

“La estatua de la discordia en Pío Nono es una ofensa al librepensamiento, al laicismo. Es una intervención pública sumamente violenta y nadie la ha rechazado colectivamente. Me parece que aquí hay una guerra ideológica y no le podemos hacer el quite. Aquí hay un conflicto y hay que pronunciarse. No sé si Darwin sea mejor contrapunto, pero creo que este grupo de facebook podría servir para algo”.*

Primero: no es una ofensa al librepensamiento ni al laicismo sino a TODOS como habitantes de una ciudad.

Segundo: andar viendo guerras ideológicas en todas partes me parece de un grado de paranoia y de estrechez de mente vergonzoso, que para más remate en vez de aunar fuerzas en torno a un bien común (todos queremos que la ciudad donde vivimos sea linda, limpia, etc.) las separa arguyendo debates ideológicos inexistentes al situar el problema en quién construye la estatua de qué personaje y no en el problema real de “por qué demonios un privado construye una estatua de quien se le antoje sólo porque puede”.

Quedándonos en este tipo de discusiones miserables e inútiles lo único que vamos a conseguir es que esta ciudad siga quedando en manos de unos pocos, al ser incapaces de ponernos de acuerdo como ciudadanos, recurriendo a divisiones inútiles y sin sentido.




Lo que me molesta del asunto es que los autodenominados defensores de la ciudadanía, de la libertad y de no sé qué mierda más, no pasan del argumento más básico de todos: que esto es una imposición ideológica, que ese papa fue una mierda, que no todos somos católicos y no tenemos porqué tragarnos la famosa estatua en un lugar público y bla, bla, bla.

Porque aquí lo que de verdad está en juego no es si yo soy atea y tú católico, si yo soy comunista y tú fascista... aquí lo que está en juego es cuán dueños somos de nuestra propia ciudad, todos nosotros, beatos y anarcos, jóvenes y viejos, momios y liberales.

El verdadero problema con iniciativas como ésta no es que la figura sea Juan Pablo II y no Salvador Allende, Condorito o Darwin, sino que existe el peligro de que cualquier grupo económico con mucha plata y contactos políticos se sienta con el derecho de ir y construir el monumento que mejor le parezca cagándose en la opinión de los vecinos, la estética, la memoria o las normas básicas de urbanismo.

Lo que necesitamos es que el gobierno, los municipios y, sobre todo, la gente -nosotros- nos tomemos en serio el hecho de que la ciudad no se construye sola, necesita una planificación urbana real y no ser vendida al mejor postor.



*Lamento citar a alguien que conozco y que me cae bien más encima

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viernes, 9 de octubre de 2009

EXTRA: cualquiera puede ganarse el Nobel

Leo los diarios de hoy y de lo primero que me entero es de que le dieron el Premio Nobel de la Paz a Obama. ¿No será mucho? ¿O leí mal y era un anti-nobel? O sea el negro es buena onda y todo, pero no ha cambiado un ápice la política norteamericana de los últimos... de siempre, para qué andamos con cosas.

Claro, dicen algunos es que no puede, que los partidos, que el Congreso, que el stablishment y la cacha de la espada. Y yo no sé de dónde sacaron que a Obama alguna vez le interesó cambiar el mundo, cambiar, por sobre todas las cosas, a su país.

Muy negro será, pero sigue siendo un hijo de USA. Un tipo nacido y criado en la “tierra de la libertad”, la hamburguesa, el rifle y la obesidad mórbida.


¿Realmente pensó que Obama era un tipo iluminado, alguien que iba a cambiar el mundo? Si es tu caso, es que eres un ingenuo, un incauto... ah, y el Viejo Pascuero tampoco existe.


“El Presidente de Estados Unidos ha creado un clima nuevo para la política internacional. Gracias a sus esfuerzos, la diplomacia multilateral ha recuperado su posición central y ha devuelto a las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales su papel protagonista”, señaló el Instituto en Oslo.

¿Perdón? Creo que me perdí de algo... ¿cuánto se demoró Obama en declarar que lo de Honduras era un Golpe de Estado? ¿qué validez y apoyo le ha dado hasta ahora a las resoluciones de la OEA? ¿por qué su gobierno criticó el informe de la ONU sobre Gaza y lo calificó de “parcial”, “débil” y “antiisraelí”?

¿O acaso los tipos del Nobel están en la onda de la discriminación positiva? “Chiquillos, este año nos ponemos progres y le damos premios a las mujeres y a los negros, quizás el próximo año podríamos contar a los transexuales y travestis, total, ya se lo dimos a Kissinger, así que da lo mismo, todo el mundo sabe que el Nobel de la Paz vale menos que un APES”.


"No se puede hacer una equivalencia moral entre Israel, un estado democrático con derecho a la autodefensa, y el grupo terrorista Hamas, que respondió a la retirada israelí de Gaza aterrorizando a los civiles en el sur de Israel"... me dieron ganas de llorar. En serio.


Pero volvamos al premio. Según leo, uno de los mayores argumentos para otorgárselo es que él se ha empeñado en cambiar el clima diplomático... mmm... ¿desde cuándo las buenas intenciones son algo más que eso? Las buenas intenciones suenan bien y se ven espectacular, pero no son más que eso. Yo también tengo buenísimas intenciones: quiero salvar al Tíbet, detener a los japoneses-come-ballenas y luchar por el cambio climático*... ¿también merezco un reconocimiento por eso? ¿por no hacer nada? ¿por tener un corazón que alberga buenas intenciones?

No jodan.

La verdad no sé por qué me enojo, si el premio Nobel de la Paz es un chiste por lo menos desde el año 73, cuando Henry Kissinger se lo ganó por sus supuestas tratativas de paz con Vietnam (mansa cuestión, con la cantidad de plata que estaban perdiendo los gringos allá, era que no iban a querer la paz), mientras en Chilito, sin ningún asco, nos instalaban al Gorila en el poder... después de todo para esta gente lo que menos importa somos los países que sufrimos sus guerras.


PD (teoría de la conspiración mode on): el Negro está listo para que lo hagan fiambre. Falta que salve un gatito y si lo matan ahora es héroe y santo patrono.

* En verdad todo eso me importa un reverendo bledo.

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jueves, 1 de octubre de 2009

District 9: buena película, mal engaño

Pasa que “District 9” es una película con una idea excelente, pero pasa también que no está bien llevada a cabo. Vamos por partes.

Estamos en Johannesburgo, Sudáfrica. Hace 20 años una enorme nave madre alienígena se “estacionó” sobre la ciudad y durante 3 meses simplemente se quedó ahí sin hacer nada. Un enorme operativo internacional permite abordarla y ver qué oculta en su interior: un puñado de extraterrestres en condiciones miserables: famélicos y moribundos.


La enorme nave madre sobre la ciudad de Johannesburgo.

Los sobrevivientes son bajados a tierra y justo debajo de la nave madre se arma un campamento “provisorio”. Veinte años después el campamento es una cruza entre la toma de Peñalolén, las chabolas de la Ciudad de la Alegría y un campo de refugiados palestinos o kurdos.

La película parte en el momento en que la MNU (Multi-Nacional United, una especie de ONU más violenta y mercenaria) decide trasladar a los alienígenas, llamados “langostinos” despectivamente, al Sector 10, que según ellos representaría una mejora en su calidad de vida, pero que no es más que un campo de concentración. Para esto, antes tienen que conseguir que los propios langostinos firmen una fórmula burocrática que los autorice a desalojarlos, por lo que se prepara una incursión militar al famoso sector 9 a cargo de Wikus Van de Merwe, un oficinista blanco y bastante torpe.

Wikus encarna al humano civilizado promedio, que tras la camisa, la corbata y el desodorante esconde la brutalidad, discriminación y la bestialidad propias del ser humano (¿o de las razas inteligentes?). Wikus es un producto de la sociedad, un pusilánime que repite sin cesar los cliches del mundo en que vive, sin detenerse a preguntar por su consistencia ética o moral.

La contraparte de Wikus es (o debería haber sido, a mi juicio) Christopher Johnson, un ‘langostino’ inteligente y ‘padre soltero’ de un pequeño langostinito bastante tierno.

La película gira demasiado en torno al "blanco" y es un poco majadera al recordar que por muy vestidos de terno y corbata que andemos por la vida, al final del día seguimos siendo las bestias a las que las mueve el miedo. Un excelente contrapunto a esa visión es el personaje de Christopher Johnson, el langostino, inteligente y de corazón (al parecer) noble. Merecía, creo, una escena que nos permitiera acercarnos a su vida y su drama, no explicativa, sino más bien un diálogo decidor e inteligente. Con un par de minutos hubiera bastado.



No, no es el Doctor Zoidberg es Christopher Johnson, el langostino que, a mi juicio, era mucho más empático que el humano. Dato freak: no por nada los llamaban "prawns".

El resto de los extraterrestres, por su parte, son seres que rápidamente se adaptan a la ley de la selva que impera en el campamento. Los más rudos sobreviven y ellos, como toda criatura viviente, lo saben y entran en ese juego. Se las ven con las mafias de nigerianos que les intercambian comida de gato (sí, les gusta la comida de gato en lata) por armas, robando, ocultándose y sobreviviendo a base de basura. La gente está cansada de ellos, ya no son una novedad atractiva, sino unos indeseables a los que no pueden echar.

Es en este sentido que District 9 lo hace excelente: plantea una idea muy potente y actual (la discriminación racial) de una manera clara, efectiva e interesante, sin embargo el tratamiento narrativo es, a mi juicio, su punto más débil y peor resuelto.

Los pseudo documentales que plantea, el uso de cámaras de seguridad y el narrador omnisciente hacia el final fueron, a mi juicio, un juguete que el director no supo aprovechar bien. Las voces se confunden y nunca sabemos quién nos está hablando y qué nos quiere contar.

Al principio, por ejemplo, la película parte con 2 documentales que, claramente no fueron realizados por el mismo equipo. Por un lado está el más reconocible y que se supone está hecho a posteriori. Éste relata los acontecimientos y los trata de explicar y darle una dimensión sociológica acudiendo a cuñas de expertos y entrevistas a gente común. Por medio de estos testimonios busca reconstruir y explicar la historia de Wikus.

El otro, sin embargo, es menos claro y deja muchas más interrogantes. Se trata de un documental hecho al propio Wikus donde se lo ve en su oficina, presentando al resto de sus compañeros, hablando de su trabajo y compartiendo el éxito que supone ser ascendido a jefe de la misión de desalojo de los langostinos.

A primera vista se podría pensar que es un documental hecho por la misma MNU como una forma de garantizar el respeto por los derechos de los extraterrestres, sin embargo esta visión no resiste análisis. Es imposible que una organización con rango internacional contrate a un incompetente incapaz de hacer bien un zoom, un encuadre o mantener el pulso.

Bueno, pero eso sería lo de menos comparado con otras fallas: si se trata (como podría pensarse) de un documental consentido por la MNU como una forma de trasparentar sus procedimientos es ridículo que Wikus hable a la cámara en términos claramente peyorativos y agresivos hacia los extraterrestres: los trata de ‘langostinos’, les llama estúpidos y se da el lujo de mostrar –muerto de la risa- cómo “aborta” a decenas de bebés aliens, que explotan como si fueran “palomistas de maíz”.


La ironía de la convivencia pacífica...

En este enredo de documentales, videos de cámaras de seguridad y el sempiterno narrador omnisciente, el único que sale perdiendo es el espectador que comienza a dudar de tantas voces discordantes que impiden un acercamiento más emotivo y menos efectista.

Al director le sale el tiro por la culata y en el proyecto de acercar el discurso cinematográfico a través del discurso propiamente periodístico, integra voces que diluyen el excelente contenido de la idea original. Así y todo, la idea es mucho más potente que la forma y logra imponerse configurando una película que vale la pena ser vista (no en los primeros asientos del cine, mejor lo más atrás que puedan).

Finalmente los dejo con el corto que Neill Blomkamp escribió y dirigió el año 2005 "Alive en Joburg" y que es la idea original de "District 9" (si no quieres spoilearte, no te aconsejo que la veas).




Ojo que acá incluyó una problemática muy buena que lamentablemente no trata la película y que tiene que ver con los recursos energéticos.

PD: Ojo que el prota, Sharlto Copley, es el nuevo Murdock de los Magníficos O.O

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domingo, 20 de septiembre de 2009

La Niña de mis ojos

Estaba destinada a otra familia, a otra casa, a otra vida. Y sin embargo, se quedó conmigo. Hacía un poco más de un mes que se había muerto mi gatito cuando la vi. Debe haber tenido unos tres meses y era una cosa chiquita y moteada. “¿Viste que lindo el gatito que botaron?” le comenté a mi mamá lo suficiente como para que se le ocurriera que ir a buscarlo sería una buena idea. Salieron una tarde con mi tía y al rato regresaron con el tesoro. No fue necesario convencerla mucho: al poco tiempo ya nos había adoptado.

Después nos enteramos que una vecina de varias casas más allá la había traído como regalo para una amiga, pero la Niña se le escapó de la bolsa, sellando para siempre su destino. Y el mío.

No sé porqué le puse Niña, supongo que fue lo primero que se me vino a la mente y lo disculparé escudándome en mis cortos 14 años. Fue ella la que estuvo a mi lado en uno de los momentos más difíciles de mi vida, cuando recién me había cambiado de casa y de colegio, y sentía que no pertenecía a ese nuevo mundo. Ella fue mi muda compañera, testigo de tantos llantos.


Era vivaz, inteligente y porfiada como ella sola: si algo se le metía en la cabeza no había forma de sacárselo. Ya no sé bien cómo sucedió, pero lo cierto es que se convirtió en la reina de la casa, tirana y ama absoluta de nuestros dominios familiares.

Tenía técnicas para todo: si tenía hambre, entonces iba a la cocina, tomaba con su patita la puerta del mueble del lavaplatos (donde guardábamos su comida), la apartaba y la soltaba para que sonara. Con 2 ó 3 de esos ya tenía suficiente: sabíamos que tenía hambre y había que llenarle el plato.

Si tenía frío se echaba justo en el lugar donde siempre poníamos la estufa; si quería entrar a la casa daba unos suaves golpecitos a la puerta que yo me acostumbré a identificar de los otros que hacía el viento.

Cuando se enojaba conmigo, me miraba con desprecio y se echaba dándome la espalda. Me hacía sentir tan mal que buscaba una forma para que me disculpara.

Nunca fue muy cariñosa, pero curiosamente ese mismo hecho hacía que sus extrañas y aisladas muestras de afecto fueron valiosísimas para mí. Un par de veces al año se ponía mimosa: dormía en mi cama, ronroneaba, dejaba que la acariciaran mucho rato y me miraba con ojitos brillosos. El resto del año, su dignidad real se lo impedía.

Sin embargo, cuando se sentía indefensa, siempre recurrió a mí. Se iba a echar a mi cama y esperaba que yo la tranquilizara a punta de mimos y regaloneos. En eso, la Niña siempre tuvo las cosas claras: conocía perfectamente la jerarquía de la casa... o por lo menos ella se hizo una propia.

Mi mamá era a quien podía despertar a las 6 ó 7 de la mañana cuando tenía hambre; mi hermano era el que tenía una cama cómoda y siempre deshecha como para hacerse un nidito; y yo era su mamá, a quien recurría en los momentos difíciles.


Así era mi Niña, mi gata mimada, mi compañera por más de 12 años y mi hija, la gata hermosa y adorada a la que hoy tuve que enterrar.

Hace un poco más de un mes la comenzamos a notar rara: comía menos y tenía una leve cojera, así que decidimos llamar al veterinario. En principio no le encontró nada mal, pero en un par de días se deterioró tanto que decidimos tomarle exámenes. El resultado fue demoledor: leucemia felina.

Hice todo lo que pude, le compramos comida especial y comenzamos su tratamiento, pero día tras día el panorama empeoraba y ya no sabía que hacer. Mi gata, otrora linda y orgullosa, se había convertido en una sombra de ella misma: postrada, adolorida y somnolienta. Una vida que ya no era vida.

Fue en ese minuto que me di cuenta que me he pasado más de la mitad de mi vida con esta sensación de pérdida permanente que es la enfermedad. Me pasó con mi papá desde que tenía unos 15 años y ahora me pasó con otro de los seres que más quiero en este mundo: mi gata.

Me faltan palabras para describir todo lo que la quiero y todo el dolor que siento en estos minutos, pero escribir esto es para mí un último homenaje a ella, por todo lo que me entregó. Tuve la suerte de tenerla conmigo durante más de 12 años y la suerte de que muriera en mis brazos, mientras yo la acunaba.

Hoy mi gata se fue a dormir para siempre y ahora descansa en mi jardín, bajo un macizo de flores que compré especialmente para ella y que espero que florezca hermoso esta primavera.






Este va por ella...

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miércoles, 16 de septiembre de 2009

La insoportable agonía del amor

No sé porque será, pero las películas consideradas “románticas” en el 80% de los casos no me mueven ni un pelo. Los dramas de los protagonistas siempre me parecen lloriqueos de cabros chicos y su amor, poco menos que una mamonería insufrible.

No es algo nuevo, me acuerdo que cuando estaba en el colegio, una amiga insistió para que viéramos “Romeo+Julieta” con Leonardo Di Caprio versión pendexsinguata. Así es que un buen día decidimos arrendarla junto con otra amiga. El resultado fue gracioso: pasamos como 2 horas llorando de la risa frente al televisor, parodiando las escenas más dramáticas/chistosas y asegurando que si eso era romántico nos íbamos a tirar a un pozo.

Con “Titanic” me pasó algo similar. La misma amiga hinchando por ver a Di Caprio, levantándose a las tantas de la mañana para ir al estreno (mientras yo dormía plácidamente y la dejaba plantada) y suspirando por la “romántica” historia. La vi después y le encontré menos gracia que hamburguesa vegetariana.

No hay caso, las películas románticas no me conmueven. Debe ser porque no las entiendo. No entiendo que alguien que decía amar locamente a Rosalinda, de repente ve a Julieta y decida que el mundo vale un huevo sin ella, se fugan, con suerte si se miran, se declaran su profundo amor con sólidas bases y se matan. Fin.


Cuando vamos al cine con mi novio a ver alguna película romántica la situación es un tanto chistosa: mientras él llora a moco tendido porque cuando la pareja por fin descubre que nacieron el uno para el otro a la heroína le da cáncer, yo estoy tranquilamente sentada a su lado, tendiéndole pañuelitos de papel.

La última que fuimos a ver fue “The time traveller’s wife”, junto con unas amigas. Mientras yo estuve la mitad de la película pensando que ella debería haber partido a Europa para tratar de evitar su “destino” y lamentando la tremenda frustración sexual que debe haber tenido (se imaginan si el tipo se evaporaba justo en el clímax? Ahora imaginen que ese tipo era Eric Bana =S), sentía a mi novio moqueando a mi lado emocionadísimo por la tragedia de estar casada con un tipo que aparece y desaparece sin que medie su voluntad.



Los dramas románticos del tipo “África mía” o “Los puentes de Madison” usualmente me aburren. Son tan bucólicos, tan lentos, tan llenos de gestos y frases clichés... tan hechos para la dueña de casa promedio que espera que el próximo tipo que le ofrezca cortarle el pasto sea Clint Eastwood. En la mayoría de los casos responden a la célebre frase del célebre Groucho Marx: “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?”. Para qué estamos con cosas, en este tipo de películas la heroína (un tanto madura, por no decir vieja) está ansiosa por tener una noche de sexo como dios manda y la parte tierna/romántica es sólo un volador de luces.

Los dramas adolescentes de tipo “Romeo y Julieta”, “Titanic” o, más recientemente, la vomitiva saga “Crepúsculo” simplemente me dan náuseas. Dos chicos que con suerte saben que Kazajstán es un país se miran y se enamoran perdidamente de las córneas de otro con tanta cara de bobalicón como el primero. Acto seguido hay un algo (familia, condición social, condición vital, etc.) que impiden su recién estrenado, pero inagotable amor. Y entonces ellos lucharán contra el mundo cruel, se enfrentarán a los demonios y desfallecerán leyendo cartas o mirando de reojo al ser amado.

Al igual que los anteriores, también tienen una fuerte carga sexual que tratan de sublimar a través de la historia “romántica”. Lejos lo más molesto de estas películas son la fanaticada que generan, ya que por sí mismas usualmente no tendrían repercusión alguna desde el punto de vista artístico. Sus fans (habitualmente mujeres) suelen ser adolescentes histéricas, con serios desórdenes hormonales y falta de sexo. Son agresivas, si ve una de estas no se acerque ni menos le discuta que Edward Cullen es una bosta.

Hay otro tipo de pelis románticas que entran en la categoría de “dramón”. Son aquellas que están bien hechas, tienen un argumento sólido y, sobre todo, personajes que van más allá del cliché del género. Usualmente se caracterizan por presentar una historia de amor de rasgos más bien patéticos, como es el caso de “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, una de mis favoritas.


http://www.nataliedee.com/


Las comedias románticas, en cambio, me gustan más. Debe ser porque le quitan ese halo de tragedia y de seriedad, ese tonito de ‘este es el amor de tu vida y si lo pierdes, más te valdría pegarte un tiro’.

Una comedia romántica bien hecha es, a mi gusto, lúdica y se debe reír de las convenciones del género (siendo convencionales, por supuesto... jeje). Y aunque parezca fácil, la verdad es que no lo es. La mayoría parten de buenas ideas (simples y buenas ideas) y terminan siendo una basura predecible y fome como... bueno, como la gran mayoría que produce Hollywood.

Una que destaco y que me encanta es “Love Actually”, precisamente porque se asume como comedia romántica, tiene buen humor inglés y da pequeños giros al género. Por ejemplo, la historia de Liam Neeson y su hijastro. Su esposa acaba de morir, ambos están devastados y el pequeño se enamora de una compañera de clase y le pide consejos a su padrastro para conquistarla. Pura ternura.



Daniel: So what's the problem, Sammy-o? Is it just Mum, or is it something else? Maybe... school - are you being bullied? Or is it something worse? Can you give me any clues at all?
Sam: You really want to know?
Daniel: I really want to know.
Sam: Even though you won't be able to do anything to help?
Daniel: Even if that's the case, yeah.
Sam: Okay. Well, the truth is... actually... I'm in love.
Daniel: Sorry?
Sam: I know I should be thinking about Mum all the time, and I am. But the truth is, I'm in love and I was before she died, and there's nothing I can do about it.
Daniel: [laughs] Aren't you a bit young to be in love?
Sam: No.
Daniel: Oh, well, okay... right. Well, I mean, I'm a little relieved.
Sam: Why?
Daniel: Well, because I thought it would be something worse.
Sam: [incredulous] Worse than the total agony of being in love?
Daniel: Oh. No, you're right. Yeah, total agony.

No crean que soy un ogro sin sentimientos (eso me pasa sólo en las noches de luna llena, ya?). Hay un 20% (aprox.) que sí me conmueven y hasta me han hecho llorar. Curiosamente las últimas dos películas que recuerdo que me han provocado eso son de dibujos animados: WALL-E y Up. En la última, no pude contener un lagrimón esquivo que se me escapó en la primera parte cuando cuentan la historia de Carl y Ellie. Y en la primera, se me hizo un doloroso nudo en la garganta en la parte final (no voy a spoilear para los que todavía no la ven).

Al fin y al cabo creo que sé la razón de tanta queja: soy demasiado cerebral y me cuesta dejar contentos a la cabeza y el corazón XD

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viernes, 11 de septiembre de 2009

Proyectos de seres humanos

Siempre me ha llamado la atención la fascinación que causan los bebés en la personas. Lo reconozco hay algo, una sola cosa, que me encanta de las guaguas* y los niños muy chicos: su mirada. Adoro sus ojos grandes queriendo tragarse al mundo, pero el resto no lo encuentro muy diferente al resto de los seres humanos, salvo que vienen en miniatura.

Cuando estaba en el colegio (de mujeres más encima) cada vez que había un acto oficial (lo que incluía misas cada cierto tiempo) y aparecían los enanos de kinder haciendo alguna gracia, el gimnasio entero lanzaba un profundo suspiro seguido de un “ohhhhhhh”. Y luego los aplaudía a rabiar, no importa qué hicieran. Los niños simplemente podían estar parados adelante tratando de recordar la letra de una canción, mirando con cara perdida a la “tía” o llorando de vergüenza. Daba lo mismo, hicieran lo que hicieran terminaban despertando la ternura de un grupete de adolescentes con serias posibilidades de convertirse en madres antes de terminar la educación media.

A mí me daba más o menos lo mismo. Seamos sinceros, dentro de los cachorros mamíferos, la cría humana es, probablemente, la más fea de todas: pelada, rolliza y gritona, incomparable con un perrito recién nacido, redondo, peludo y dormilón. Si sacamos a engendros raros como los pandas o los canguros, el bebé humano queda claramente en desventaja en el mundo de los mamíferos, salvo por un pequeño detalle: comparte especie con nosotros. Entonces ya no es sólo la cosa rosada que chilla y se caga, es una cosa mágica que permite la supervivencia de la especie.


Nadie con un mínimo de sentido estético puede considerar "bonito" a esto, salvo que te una con él una relación atávica de especie.

Él sí es indiscutiblemente lindu n_n


Otra cosa que me llama la atención es que, por alguna razón (misteriosa para mí), la gente que dice tener un instinto maternal muy desarrollado se considera también “guaguatera”. Para ellos es como el pan amasado y la mantequilla: simplemente van unidos. Para mí, no. Debe ser por mi mamá.

A mi mamá le cargan el 99% de los cabros chicos que no son sus hijos. Hace una diferencia tajante y fundamental entre el cielo y la tierra, entre ellos y nosotros, sus hijos. Las guaguas o los cabros chicos ajenos son, en el mejor de los casos, seres indiferentes, y cuando le caen mal, simplemente pasan a la categoría de seres insoportables. Punto. Muy diferente es con nosotros, sus cachorros, los niños más lindos y más educados del Universo y sus alrededores. Y yo tengo una visión muy parecida.

En general, los niños me provocan indiferencia. Como mucho a un chico simpático me dan ganas de hacerle un ‘pat pat’ en la cabeza, sonreírle, regalarle un dulce y ya está. Es simplemente que para mí un ser humano en miniatura no es mucho mejor que un ser humano. Hay bebés simpáticos tanto como bebés pesados, bebés rubios, morenos, feos, menos feos, que huelen mal, que huelen a colonia, bebés gritones, bebés tranquilos, etc, etc, etc. No me conmueve que esos atributos (nada especiales por lo demás) vengan en tamaño miniatura. Eso es todo.

Lo curioso es que no ha faltado la persona que insinúe que eso es sinónimo de que no seré una “buena madre”. Y volvemos con el jueguito ¿qué demonios tiene que ver una cosa con la otra? Exijo una explicación, en serio gente ¿por qué tendría que ser mejor madre por hacerle mimos a un niño ajeno? Y prometo que si alguien viene a hablarme de “espíritu maternal” le parto la crisma... ¿qué mierda tiene que ver el espíritu maternal con esto? Aún si creyera que eso existe (tengo serias dudas, por no decir que no creo que exista), sería para los críos propios y NO para mocosos ajenos.

Muy diferente será el día que realmente sea madre. Sería algo más o menos así:



* Para el público internacional: en Chile, “guagua” es sinónimo de bebé


***Update: los invito a visitar el blog "El sur también existe" donde estoy colaborando junto con otras mentes brillantes y sureñas ;)

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Blancanieves y los 2 enanitos



— Mira el gatitoooo
— Ven gatiiiitooo, gatiiitoooo

Desde mi casa podía escuchar las voces agudas de un par de mocosos (literalmente mocosos: guácala) que miraban fascinados a Pan, que había salido a tomar aire al jardín y los miraba con cara de fastidio.

“Mira cómo se lava/trepa/salta/corre/juega”... y una larga lista de etcéteras que chillaban con sus caras sucias pegadas a la reja de mi casa.

Entré a Pandora con la intención de alejarla de aquellas bestias salvajes, pero al poco rato tuve que salir otra vez a abrir la reja, así que la tomé en brazos.

— ¿Puedo hacerle cariño al gatito?
— Es gatita. Bueno, pero despacio — les dije mientras miraba cómo sus manos pequeñas y regordetas, cubiertas de una capa oscura y densa de mugre, acariciaban el pelaje suave y limpio de mi gata. Pasaban sus manos por su cabeza y mi gata instantáneamente sacaba su garritas y abría los dedos. Hasta que uno de ellos le hizo cariño en su cola.
— No le tomes la cola porque te va a rasguñar y te va a sacar un ojo –para el caso que me hizo el enano...
— ¿Y puedo tomarla?
— No. Saquen sus manos de la reja que la voy a cerrar. Cuidado engendros del maaaaal.

No alcancé a voltearme para entrar a mi casa cuando escucho sus voces nuevamente.

— Mira, mira otro gato más grandeeeee. ¿Es la mamá? –mi otra gata se había asomado a la puerta y estaba elegantemente sentada viendo cómo me las arreglaba con los dos enanos.
— ¿ES LA MAMAAAÁ?? –el otro.
No, en realidad es la hija de mi otra gata y si la sigues molestando te va a sacar el otro ojo. Sí. Adiós.



Carajos, parece que tenían razón: es el karma de los enanitos.

Ya llevo 3 :S


Espero que no continúe... porque si no quiere decir que me faltan otros cuatro más x_x

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martes, 25 de agosto de 2009

Blancanieves ¿yo?

Esto pasó hace prácticamente una semana y juro que es total y completamente cierto (tengo una testigo). Estaba conversando con una amiga de infancia arreglando y desarreglando el mundo (como es habitual en mí):

- La gente está loca, vive en un mundo extraño donde no existe, o por lo menos en su estado ideal no debería existir el dolor y el sufrimiento. Te dicen que no llores, que no patalees, que no sufras... por eso están todos locos, son unos reprimidos. Es como en “Un mundo feliz”.
- Ni me lo digas, cada vez que pienso en eso me dan ganas de pescar una Thompson y salir a matar gente.

En eso estaba, deleitándome imaginando cómo sería el mundo con menos gente, sentada cómodamente en una cafetería tomando tecito y comiendo kuchen de manzana, cual aspirante a burguesa que soy, cuando una cosa de no más de un metro de estatura, de cachetes gordos y sonrosados, buzo de colegio y peinada con cachitos se me acerca y me lanza fresca como una lechuga:

- Usted se parece a Blancanieves.


Tardé 2 segundos en procesar que el ser ése me estaba hablando a mí, otro en preguntarme por qué demonios me dirigía la palabra y otros 2 en entender que me estaba diciendo que parecía una princesa Disney.

- ¿Crees que me parezco a Blancanieves? (WTF?! ¿Qué tipo de películas ven los niños de hoy en día?)
- Sí, con ese cintillo -eran mis lentes- y su pelo así, se parece. Chao.

Y se fue, dejándome con mi peor cara de WTF.

Lo peor es que mi sensación de molestia por estar siendo interpelada por un proyecto de ser humano, me impidió sentir todo el asombro que después, cuando la chica se fue con su mamá, me pegó como un ladrillazo... Blancanieves ¿yo? El mundo está loco. En serio.




Creo que si fuera una Blancanieves sería una bien maldita, como ésta =P

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martes, 18 de agosto de 2009

La última cena

Todo comenzó cuando la barrita de la izquierda en Facebook me sugirió que me hiciera "fan" de una funeraria. Digamos que una cosa es que a uno le toque ser un desfortunado cliente de ellos y otra bien distinta hacerse fanático de estos servicios.

Uno puede hacerse fan de una película, de un actor, de una banda e incluso de un restaurant... pero de una funeraria... ehmmm... alguien está un poco mal asesorado en materia de negocios y herramientas web, eh?

Y sí, me metí a la página a curiosear, obviamente. Con un lindo diseño en tonos pastel, mucha florcita y arbolito, nuestra querida funeraria nos trata de convencer de entregarle a nuestros muertos con una redacción correspondiente a un chico porro de primero medio:

Porque son principios los que nos gobiernan Servicios Funerarios Milenium nace para ser un servicio que brinda a quienes necesiten de nosotros la más alta calidad y nivel de servicios.

No contentos con agredir a los mañosos de la ortografía y la redacción, ofrecen servicios dignos de chiste como: "Implementos únicos y de la mejor calidad" (claro, no se vaya a pescar una infección el muertito oj oj oj), "Servicio genealógico" (no es lo mismo ser un fiambre X que un fiambre VIP), "Preparación de fallecido" (¿psicológica? Digo, la muerte es un paso decisivo en la vida XD), "Carrozas Mercedes Benz y Buick panorámicas" (para que el finado tenga bonita vista =P), "Maquillaje y naturalización" (¿alguien me explica qué demonios es la naturalización?), etc*.

Y la guinda de la torta:



Nadie, pero es que nadie en este mundo puede bautizar como "última cena" a un ataúd... salvo que los dueños sean estos distinguidos señores:


Nom nom nom... ahí viene un nuevo finadito... nom nom nom


A veces pienso que antes era mejor: la gente se moría, los familiares sufrían, se vestían de negro, lloraban, lo enterraban. Fin del cuento. Ahora, en cambio, son capaces de entregarnos un puto álbum fotográfico del funeral.

Pero justo al medio segundo pienso que en realidad no es nada nuevo bajo el sol, que en realidad lo que vivimos hoy es una variable con las herramientas modernas de mismo show de siempre. Antes en el sur para el famoso "velorio del angelito" (que creo que todavía se hace), tiraban la casa por la ventana, hacían asados y terminaban todos borrachos tirándose a la pariente más rica (o menos fea... pero con tanto alcohol en el cuerpo, la perspectiva cambia).

Después de todo, la muerte y todo lo que la rodea siempre ha sido un show para entretener a los vivos.


* Sí, si sé que es lo que se lleva en materia de funerarias y que no es la única que lo hace... pero no puedo dejar de reírme XD

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martes, 11 de agosto de 2009

Tubí or not tubí (dats de cuestchion)


Es curioso el discurso éste de la sinceridad y de ser “uno mismo” como si uno pudiera no serlo. En la era del sushi y el autoconocimiento se puso de moda esto de “buscarse a sí mismo” como si en algún momento entre las cavernas y los edificios, entre el trompo y la Nintendo, nos hubiésemos perdidos.

¿Cómo se pierde uno mismo? ¿Cómo dejas de ser tú? Yo quiero entender que la gente que cree y dice estas brutalidades no se las cree realmente, sino que lo dicen en sentido figurado. O algo así.

Porque cómo después de vivir 15, 20, 25 años te das cuenta de que “nunca has sido tú”... y entonces ¿qué mierda has sido? ¿Un holograma? Y te dicen “es que yo siempre he sido otra/o”, “siempre he sido la sombra de mi mamá/papá/marido/esposa/lo que sea”.




Y qué quieren que les diga si la triste (o quizás no tanto) realidad es que entonces ustedes son eso. Son justamente eso. Que no quieran serlo es otra cosa. Los hechos hablan por sí solos: no es que no sepan lo que son, es que no quieren saberlo porque eso implicaría aceptar que han tomado las decisiones equivocadas.

O sea, digan “he sido algo que no quería ser, pero me dio paja elegir no serlo”, digan “nunca en mi puta vida pensé que se necesitaba querer ser ‘algo’ para existir” o mejor que todo eso, digan “a la mierda, soy lo que soy y se acabó”.

Y tampoco me vengan con tonteras del tipo “es que yo no pude elegir”, “es que suceso X me traumó”, “es que la vida me mata”... blablabla infinito. Acéptenlo y ya. Es un poco triste –lo sé-, pero peor sería tratar de calzar con espejismos prefabricados, como las ilusiones que nos venden los horóscopos, siempre mucho más emocionantes de lo que es nuestra vida en la realidad.



Diferente sería si dicen “estoy hasta las masas de ser la sombra de Periquito, así que voy a encontrar otra cosa mejor en qué ocupar mi tiempo”. Buenísimo, pero eso no te hace más tú que antes, eso simplemente te hace una persona que es capaz de decidir entre pie de limón y el de maracuyá.

Pero por favor no te creas la actriz que sale en portada de la Caras o la Cosas diciendo que se encontró a sí misma, que su vida dió un giro radical en 360º (sic) porque ahora se descubrió a sí misma. ¿Qué significa eso? ¿Que la bruta hasta esa mañana no había podido distinguir si le gustaba más la torta de bizcocho o la de panqueque?

Ni siquiera digas que “renaciste de tus cenizas cuan ave fénix” que es lo que postean las adolescentes que creen que se refieren a Ikki, de los Caballeros del Zodíaco. Tómalo con calma, quizás ahora tomes decisiones más acertadas. O no... ser uno no tiene porqué traernos beneficios.


¿A quién se le ocurrió que la sinceridad era una cosa linda?

A toda la gente que se busca les tengo una mala noticia: no es que se estén buscando, es que no les gusta lo que ya son. Pero les tengo una noticia buena también: pueden elegir dejar de lado los elementos que les pudren la vida.

Uno no puede ser otra persona, si puede tener muchas caras, y ocultar y mostrar otras dependiendo de la situación, pero eso no nos hace mentirosos ni falsos, porque las máscaras que elegimos mostrar son lo más verdadero que tenemos.

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martes, 4 de agosto de 2009

Disculpe las molestias

Y sí, he estado con poco tiempo y no he actualizado como debería. En parte puedo disculparme diciendo que me tienen raptado mi computador donde tenía varias entradas casi listas para publicar, y que ahora estoy desde el notebook de mi novio. Pero lo cierto es que tampoco me he hecho el tiempo para escribir. Mea Culpa.

1.- I'm not old. I'm antique: ayer estuve de cumpleaños, así que si quieren pueden saludarme y desearme felicidades. Si no, no me ofendo =P
Especial reconocimiento a todos quienes me llamaron, me mandaron mails y me van a acompañar el sábado en la celebración -boladeespejosmode-

2.- Pan: he sido madre nuevamente. Y no, no se crean que vengo de la maternidad, se trata de mi gatita, mi nueva hija peluda. Les presento a Pandora:

Ella es Pandora, alias Pan. Tiene los bigotes negros y blancos, la panza moteada y le gusta dormirse amasando mi cuello.

Bueno, eso llegó a mi vida y la desordenó completamente. La dejaron botada en la calle un día de lluvia cerca de la casa de una amiga, quien no se resistió a escuchar al pobre bichito maullando y decidió recogerla. El problema es que ella ya tiene dos perritas, así que el asunto era complicado.

Yo me la llevé a mi casa por un "mientras tanto" que acabó en menos de 2 horas cuando, mirándome con sus ojos enormes, terminó de ablandar mi corazón de abuelita.

Pasa pidiendo comida y ronronea como si tuviera un motor en la panza, esa es mi pequeña Pan, la nueva integrante de la familia.

3.- Canten conmigo: Y como si esto fuera poco les ofreceré dos videos que creo un deber postear porque son insuperables. Se trata de "Perdónala" y "Serenata Intimidatoria" de Les Luthiers. Véanlos y rían hasta que les salgan calugas.


"... las mejores parejas se pelean, y casi todas se persiguen con un hacha" XD


¿A lo mero macho?

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