jueves, 25 de noviembre de 2010

El velo de la discordia

Hace un par de semanas causó gran revuelo mediático el caso de una niña, hija de padres musulmanes, que habría sido “discriminada” en su colegio por usar velo. La prensa "informó" que el colegio le habría pedido que no usara el velo pues no era parte del uniforme, e incluso habría puesto en duda su matrícula para el próximo año.

Según la prensa, gracias a una “exitosa” intervención del Ministro de Educación, Joaquín Lavín, el asunto se habría solucionado, la niña fue “reintegrada” y sus “derechos” ahora son respetados.

¿Pasó eso realmente?


La respuesta corta es: NO. Ahora vamos por la explicación larga.

Primera parte: el problema que nunca fue

Lo que se dijo en los medios ustedes ya lo saben. Lo que seguramente no saben es lo que no se dijo masivamente, a saber: que la niña nunca fue discriminada, que la directora se enteró del asunto por la televisión, que jamás condicionaron la matrícula y que, por lo tanto, el ministro no tuvo que hacer nada para “reintegrarla”.

“Era una Yasmín antes del velo y una Yasmín después del velo. Nosotros no sabíamos cómo es este proceso. No teníamos idea de qué hacer o dejar de hacer. Tuve que buscar en internet, porque los padres de Yasmín no vinieron a avisarnos que a partir de una determinada fecha la niña iba a usar el velo. Eso habría facilitado mucho las cosas” explicó la directora del colegio Mozart, María Inés Baeriswyl, en este artículo de revista Paula sobre el asunto.

Se trata de un problema de integración, pero no de discriminación. Realmente el manejo mediático de esto fue un asco.




Segunda parte: ¿derechos de quién?

Como muy bien argumentaba Rafael Gumucio esta columna de Lun, la gracia del colegio y del uniforme es que es uno de los pocos espacios donde todos somos iguales, donde las diferencias terminan y, sin importar de dónde provengamos (confieso que gracias a esta columna le encontré más sentido al uniforme escolar).
Pero el asunto va más allá. En todas partes hablan de “vulnerar los derechos de una niña de una creencia distinta” y, cabe hacerse la pregunta ¿de qué derechos me hablan?

Para decir que se está violando el derecho a ejercer “su” religión a una niña de 9 años, tiene que primero ejercer su derecho a elegirla libremente y, para eso, debe vivir más experiencias, conocer, leer, investigar, viajar, etc.

Realmente me asquea que se superpongan los derechos de los padres a educar en creencias de dudoso valor moral a la de los niños a crecer en un medioambiente lo más libre posible con el derecho a elegir su propio punto de vista con respecto a lo humano y lo divino. Y sí, si sé que esto nunca podrá ser 100% así porque siempre habrá una influencia familiar y cultural, pero al menos me gustaría ver un poco de valoración por el laicismo.

Y no me vengan con la tonterita de los valores familiares porque eso se puede enseñar perfectamente sin meterle toda la mierda de velos, crucifijos, bautizos y ceremoniales vacuos. Es más, sin agregarle toda la idiotez de la pureza y las culpas, las odiosidades sin sentido y la estrechez de mente que, muchas veces, conlleva el ser criado en una religión.

Creo (para que no se diga que un ateo no cree en nada) en la libertad de las personas. Y creo que no hay lugar donde se manifieste más plenamente que en la mente de cada cual, y tratar de imponer pensamientos, de la manera que sea, va en contra de esa libertad*.

Para mí no es obvio educar a los hijos en alguna creencia. No es obvio bautizarlos. No es obvio que aprendan la historia de una sola religión existiendo tantas y tantas versiones de cada una de ellas. Creo que las personas tienen el derecho y el deber de informarse, aprender, elegir y creo que nadie debería coartar ese derecho.




Les dejo el trailer de "Jesus Camp" una muestra de lo que puede lograr la enseñanza religiosa llevada al extremo.


* Y no, no comiencen con la tontera de que eso también es una forma de pensar porque no pienso entrar en esa discusión sin fin.

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viernes, 29 de octubre de 2010

Librofílica

Vale, me declaro librofílica.

No se trata sólo de amar la lectura (que la amo), se trata de tener cierto fetiche con el soporte físico del libro. Me gusta eso de ir pasando las hojas, de ir viendo cuánto me queda, cómo avanzo abriéndome camino entre esa selva de papel entintado.

Debe ser por eso que me gustó tanto este video. Porque, además, de estar bien hecho, es lo que siento al abrir un libro: ver cómo se despliega ese mundo ante mis ojos y cómo algunas veces todo calza de maravillas, cada palabra es un aporte al engranaje de esa maquinaria bien ajustada.

Por eso quiero compartirlo con ustedes, con los que aman los libros tanto como yo.

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lunes, 25 de octubre de 2010

Casa de citas

Siempre he envidiado a la gente capaz de decir la frase justa en el momento preciso; gente capaz de resumir intrincados conceptos en 6 palabras. También siempre he sospechado que más que ingenio espontáneo es el trabajo de tardes enteras mirando hacia el horizonte y mordiéndose la lengua… pero ahí están, instaladas en la historia y el inconsciente colectivo de muchos.

Mis favoritas, como más de alguno habrá notado, son las de Oscar Wilde. Ahí están también las célebres citas de Groucho Marx o las de Mae West, por nombrar algunos.

"Between two evils, I always pick the one I never tried before" (Mae West)

Sin embargo existe también otra clase de gente que, por alguna razón, se empeña en hacer las cosas mal. Yo estoy segura de que se trata de una habilidad que va más allá de la mera estupidez.

Me refiero a tipos como Bush o como Piñera, gente que tiene una extraña combinación entre estupidez, ignorancia y falta de sentido común. Porque vale, no es primera ni última vez que un pariente más cercano que el resto de nosotros al chimpancé es elegido presidente, pero la gran mayoría goza de cierto sentido del ridículo y la vergüenza y, mal que mal, ha tenido la agudeza de rodearse de gente más inteligente que él (que es otra forma de inteligencia).

Pero haciendo oídos sordos y ojos ciegos a lo que funciona para el resto, estos especímenes se esfuerzan, cada uno a su manera, por meter la pata. Es más, debería loggearme en este minuto a Wikipedia para escribir una entrada sobre “meter la pata” y poner fotos de ambos a modo de ejemplificar.

"They misunderestimated me"

La última de su Excelencia el Presidente de la República de Chile fue dejar un lindo recordatorio en su paso por Alemania. Después de una recepción formal, Piñera fue invitado a dejar su nombre y firma en el libro de visitas. Él, haciéndose el macanudo, quiso, además, dejar una frasecita para el recuerdo, algo así como “Saludos del dueñ… Presidente de Chile, Tatán… ah y ‘Deutschland über alles!”.

“Alemania sobre todos” es la frase con la que comenzaba el himno germano hasta que decidieron sacarla por encontrar que aludía al régimen nazi. Cosa que ni Piñera sabía, ni el embajador le advirtió cuando el primero le pidió que le deletreara ‘über alles’.

Otro capítulo entero se podría escribir con los dimes y diretes de Tatán y su esposa. Ella, que le hace la pelea en cuanto a frases sin sentido común pero que, sin embargo, me da un poco de penita. No pena, penita, así como chiquitita, de emo en día soleado.

Sólo por nombrar los 2 que más recuerdo: cuando murió el padre de Cecilia Moral y Piñera llevó el papelito famoso de los mineros –“Estamos bien los 33 en el refugio- al funeral de su suegro (y luego en un acto público bromeó hacer de que no había pasado agosto), y hoy cuando en el homenaje a los mineros dijo que “si ella [Morel] me quisiera la mitad de lo que ustedes quieren a sus maridos, yo me sentiría el hombre más feliz del mundo” (a lo que ella le habría replicado que lo haría si él estuviera a 700 metros de profundidad).




Yo creo que es una habilidad. Así como es difícil decir cosas ocurrentes y comentarios agudos todo el tiempo, creo que debe ser igualmente difícil meter la pata tan seguido y en tantas ocasiones diferentes, casi como si estuvieran preparadas de antemano y todo fuera una obra de Ionesco.

Y pensar que nos reímos tanto de los gringos… ahora nos toca a nosotros.

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martes, 12 de octubre de 2010

Todos dicen 33

La noticia de los 33 mineros atrapados en un yacimiento y de su rescate es más Urbi et Orbe que el mensaje que da el Papa cada año y que a casi nadie le importa. Tengo una amiga que viene llegando de Inglaterra y cada vez que se enteraban que venía de Chile le preguntaban que cómo estaban los mineros. ¿Terremoto? Las pailas. Por lo único que Chile existe en este momento es por los mineros.



No les voy a decir nada original, este cuento me tiene con las pelotas hinchadas. En este minuto está hasta la BBC transmitiendo en vivo y yo estoy en mi pieza escuchando en sordina los despachos inútiles de los brillantes reporteros.

Y sí, por supuesto que estoy contenta que los hayan encontrado vivos primero, y que ahora por fin puedan salir de ese infierno, pero por otro lado me da pena ver que todo esto es sólo un show.

No, no es que me extrañe, hace rato que mi fe en el individuo y, más aún, en la sociedad se fue a dormir la siesta, es que realmente pensé que esto podría servir para algo más que para el puro, simple y patético show.

Por un minuto pensé que habría algunos que, medio por aprovechamiento político, medio por principios, levantaría la voz y diría algo sensato, algo así como “si de verdad queremos a estos mineros, si de verdad los consideramos nuestros, lo justo es que como país les devolvamos la mano, tengamos una legislación más justa y nos preocupemos de hacerla cumplir”. Pero nada*.

Si hay algo en lo que todo el mundo político estuvo de acuerdo fue dejar esto en la anécdota “qué pena, tenemos 33 viejos atrapados, habrá que hacer algo para sacarlos”.



Las decenas de multas cursadas a la minera San Esteban –responsable de la mina San José–, servirían fácilmente para tapizar una pared. Sin embargo, 42 multas, 3 muertos y varios accidentes, no lograron convencer a las autoridades de que era necesario intervenir de forma más firme. Las autoridades estaban advertidas, no sólo las de gobiernos pasados, sino las de este mismo que ahora recoge la gloria del “deber cumplido”.

El presidente del sindicato de la mina San José aseguró que el actual ministro y próximo beato, Laurence Golborne, los trató de insolentes “hasta de locos, de irresponsables, cómo se nos ocurría plantear el cierre de la mina, que no se puede trabajar, porque la gente va a quedar cesante”.

Antes de los 33 poco importó el tema seguridad… el problema es que eso va a seguir pasando después de los 33…



A esta hora, tras un enorme bandera chilena como telón de fondo, con luces y una tarima, los de siempre intentan lucirse. Aquellos que tuvieron en sus manos hacer algo para que esta historia no sucediera y que hoy, oh ignorancia, son alabados como salvadores.

Todos tendrán su minuto de gloria y, sin embargo, todos perderemos. Perderemos la oportunidad de creer de verdad que son “nuestros” mineros, de prometer que haremos todo lo posible para que esto nunca más se repita, de confraternizar y solidarizar de verdad, no sólo comprando una banderita y prendiendo la tele.




* Hasta donde sé nadie ha impulsado una ley para endurecer las multas y la fiscalización a las decenas de mineras que hoy día en Chile trabajan al margen de la ley. Como mucho hoy se votó un royalty que no es tal.

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domingo, 12 de septiembre de 2010

Es suficiente

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo"
Oscar Wilde

Después de varios meses he decidido que ya es suficiente de silencio. Soy habladora por naturaleza y, si bien este último tiempo he estado canalizando mi verborrea por Twitter, necesito de este espacio que me permite más dar jugo profundizar en los temas que me interesan.


Y porque me gusta, para qué estamos con tonteras. Y espero que a ustedes también…


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lunes, 7 de junio de 2010

¿Son tan malas las mentiras?

Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa.
Alfred Adler

La otra noche vi una película que me dejó pensando. La película en cuestión es “The Invention of Lying" que, sin ser una maravilla del cine, propone un argumento bastante original que tiene como principal mérito reivindicar algo comúnmente tan basureado como la mentira.

Mark, el protagonista, vive en un mundo casi igual al nuestro, casi, porque en su mundo no existen las mentiras. El concepto de “decir una cosa por otra” no tiene sentido, si te preguntan algo simplemente respondes con lo que piensas/sientes/pasa. Por ejemplo: al comienzo de la película, Mark pasa a buscar a una chica con la que tiene una cita a su departamento. Está muy nervioso y, para su mala suerte, llega más temprano de lo acordado. Ella, Anna (Jennifer Garner), se demora en abrirle y cuando lo hace le dice “disculpa, es que no pensé que ibas a llegar tan temprano… estaba masturbándome”.

Pero, claro, no todas las verdades son tan “divertidas”. Que toda la oficina se entere de que te van a despedir o que la chica en cuestión te diga a la primera cita que ni loca tendría sexo contigo y con suerte te besaría porque no le pareces atractivo, son verdades (la mayor parte de las veces evidentes) que uno preferiría que el resto se las guardara para sí. Cosa imposible en este mundo, donde el mesero te puede decir que le caes mal o que le dio una “probadita” a tu trago.



[Atención que a partir de esta parte hay spoilers. No es que importen mucho porque la película no es un obra de arte ni una cosa tan impactante, pero siempre hay gente que prefiere verla primero. Si no le molesta que le cuente más del argumento siga leyendo con confianza ;)]

Quizás una de las cosas más interesantes de la película sea la premisa de que en un mundo sin mentiras la religión simplemente no existe. Todo lo que sabemos es todo lo que hay, fin del cuento. Eso hasta que Mark cambia las cosas.

Su madre ya anciana enferma gravemente. Agonizante en el hospital, toma la mano de su hijo y le confiesa que tiene miedo, tiene mucho miedo de morir e irse a un vacío infinito. Él, con el corazón en la mano viendo cómo su madre muere en medio de todo ese sufrimiento, encuentra una salida mejor… decirle que eso no es verdad, que ella no se irá a un eternidad de vacío, sino a un mundo mucho mejor que éste, donde tendrá una mansión propia y donde la estarán esperando todos sus seres queridos que ya han muerto. Y ella muere tranquila, aliviada, casi feliz.

Miles de personas se reúnen al día siguiente a las afueras de su casa esperando que Mark les diga lo que le dijo a su madre, que les diga que este mundo no es un caos sin sentido, no es un instante, que después no morimos solos y abandonados en el más completo de los silencios. Mark les ha dado esperanzas... y, de paso, ha inventado la religión.

Y aquí es donde entra a jugar el lado más amable de esta historia: las mentiras pueden cambiar el mundo. Así como una mentira puede destrozar el mundo de alguien, otra mentira puede hacerlo soportable, agradable, hasta feliz. La madre de Mark murió con una sonrisa en sus labios gracias a sus mentiras. Yo entiendo eso porque yo también lo hice.

Cuando mi papá estaba inconsciente en el hospital, cuando ya llevaba varios días y era evidente que no había recuperación posible y que a partir de ese instante todo sería decadencia y tristeza, yo le hablaba a mi papá. Le decía que no tenía que tener miedo, que tenía que estar tranquilo, en paz. Que al otro lado estaría mi abuela esperándolo, que estarían todas las personas que él una vez amó y que murieron. Le decía que perdonara y que no se aferrara a este mundo, porque nuestra separación era sólo temporal y que pronto estaríamos juntos nuevamente. Que él cuidaría de mí hasta que me viniera a buscar y ya no nos separaríamos nunca más… eso le decía, aunque no sabía si era verdad. Pero trataba de decirlo con la mayor convicción del mundo porque no sólo le estaba mintiendo a él. Por encima de todo me estaba mintiendo a mí.

Este mundo es cruel, es injusto, muchas veces no tiene respuestas o si las tiene, no nos satisfacen… ¿cuántas personas piensan esto y deciden (decidimos) que una mentira es mucho mejor que la verdad? ¿Cuántas veces mentimos y nos mentimos por eso? ¿Es tan malo? ¿No son las mentiras –en gran parte– las que nos permiten seguir viviendo en esta sociedad sin pegarnos un tiro nosotros o pegárselo al resto?




Mentimos cuando decimos que estamos bien, porque generalmente siempre pasa algo entremedio del “estoy” y del “bien”. Mentimos cuando decimos “ya lo superé” porque si realmente lo hubiésemos superado no necesitaríamos decir nada. Mentimos cuando decimos que estamos “contentos en la pega” porque la gran mayoría de los trabajos en este país son una mierda y lo que en realidad queremos decir es “al menos tengo trabajo”. Mentimos cuando decimos “gracias a Dios” porque, bueno o malo, siempre es gracias a nosotros y a la (mala) suerte. Mentimos cuando decimos “no te preocupes” porque no queremos preocupar y preocuparnos.

Pero muchas veces esas mentiras nos hacen sentir bien, nos hacen sentir en paz con nosotros mismos y con el universo. Porque la verdad arde, a veces quema y porque una mentira bien dicha puede hacer que alguien muera con una sonrisa en sus labios en vez de con una lágrima en el corazón.

"La verdad es fuego. Decir la verdad significa iluminar y arder". Nuda Veritas  
(dibujo de Gustav Klimt).

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lunes, 31 de mayo de 2010

Gracias por (no) fumar

Hoy es el día mundial sin fumar (sin tabaco lo llaman eufemísticamente… ja! Ojalá los que fuman, fumaran sólo tabaco) y realmente lo lamento… Que sea un sólo día, digo, porque por mí que fueran por lo menos 300 en el año.

No tan queridos fumadores: su humo molesta. Miren, en serio, no tengo problemas en que se maten como mejor les dé la gana, al contrario, creo que vivimos en un mundo superpoblado y tanto mejor si algunos se despachan antes (ojalá fueran los que tienen menos que aportar, pero eso ya es pedir demasiado). En serio, no tengo problema con la libertad de las personas para matarse como mejor les venga en gana*, siempre y cuando eso no afecte mi propio metro cuadrado. Son las reglas del juego, you know: mi libertad termina donde comienza la del otro. Una frasecita que parece tan simple y que, sin embargo, es tan compleja.

Por supuesto que su cigarrillo afecta mi libertad: no sólo me hacen fumadora pasiva, ergo, envenan mis pulmones (como si no tuvieran suficiente con la contaminación de esta maldita ciudad), sino que, además, es francamente desagradable el olor del humo del cigarrillo (ojalá fuera sólo tabaco, pero esa mezcla asquerosa huele podrida).


Ojo, esto NO es un llamado a que deje de fumar, sino a que deje de hacerlo en mi presencia (y yo no estar en la suya cuando lo haga =P).


Pasa que el humo del cigarro es algo totalmente invasivo: no sólo se te queda pegado en los pulmones, sino que en la ropa, en el pelo y, en los fumadores compulsivos, hasta en la piel (lo que es altamente anti-erótico, chicos; realmente da asco besar a una persona pasada a pucho**).

Lo confieso: detesto al cigarrillo, al humo del cigarrillo y, por extensión, a los fumadores que parecen chimeneas, esos que si no se fuman un cigarro cada media hora no saben qué hacer con las manos, los que se quedaron en la fase bucal y más encima son adictos no reconocidos. A esos, a ustedes: ¿no les tincaría fumar dentro de una escafandra, por ser?

Lo peor de todo es que hay pocos lugares para que los no-fumadores podamos a salir a tomarnos un trago*** y (que yo sepa) no existen discoteques para no fumadores, si quiero ir a una y bailar como poseída, estoy obligada a ser fumadora pasiva. Si eso no es autoritarismo, entonces qué es.

Con el tiempo me he tenido que ir haciendo una “ruta del no-fumador” con lugares donde puedo ir a comer, tomar té o tomarme un trago sin tener que estar soportando a una chimenea al lado. Es curioso cómo en algunos restaurantes, que se jactan de tener una cocina de nivel internacional, admitan a fumadores: con tanto humo el sentido del olfato se atrofia y, por ende, el sentido del gusto (por eso siempre desconfío de estos lugares).

Lamentablemente el día sin fumar no sirve de nada: ni los no fumadores podemos respirar tranquilos, ni los fumadores dejarán de suicidarse lentamente. Al fin y al cabo para muchos, hace rato que fumar ya dejó de ser una opción (aunque sigan teniendo esa tierna ilusión).


Si no han visto esta película, se las recomiendo totalmente ;) (esta es la primera escena, para que se enganchen =P).

PD: Por cierto, no encuentro nada más chistoso que la contra reacción de los fumadores en países con legislaciones altamente restrictivas en el tema del cigarrillo, como que fumar volvió a ser contestarios para ellos, se juran James Dean y minas liberadas de los años 20. Es como un deja vu.

PD2: Y para los que se pregunten: sí, si fumé de mona a los 14 años y dejé de hacerlo en honor a mi bolsillo, mis pulmones y mis neuronas.


* Lo cual incluye la eutanasia, por supuesto. En algún otro post la defenderé.
** Además la piel les queda con un sabor ácido, en serio, me lo contaron.
*** Conozco sólo uno, agradezco datos

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jueves, 20 de mayo de 2010

La loca de la casa

Hay libros buenos y libros malos, autores geniales y otros mediocres. Hay libros que uno quisiera incinerar y otros que dan ganas de tener la edición más bella que existe sobre la faz de la Tierra. Hay autores que dan ganas de matar a hachazos como a Stephenie Meyer y otros que esperas con ansías su nueva publicación. Hay algunos que te dan las incontrolables ganas de seguir leyendo hasta el infinito y más allá y los hay que te infunden unas ganas locas de escribir. Eso es lo que me pasó con “La loca de la casa” de Rosa Montero.

Pocas veces me había pasado con un libro que desde la página 1 me dieran ganas de sentarme al computador a escribir, que con cada párrafo que leía se me ocurría una idea (según yo) genial y que me desesperar de estar en la micro, por ejemplo, y no poder sentarme a escribirla. Era como una especie de incontinencia literaria.

Usualmente cuando leo un buen libro quiero disfrutar cada página, quiero llegar al final y que al mismo tiempo no se acabe nunca, claro de vez en cuando se me ocurren historias a partir de lo que estoy leyendo, pero las entretejo con calma y, algunas veces -las menos- llegan a ver la luz en tas páginas virtuales. Con este libro, en cambio, se me ocurrían mil ideas por minuto mientras lo leía… creo que si hubiese tenido un plumón más a mano habría dejado rayada la pared de mi pieza. Fue como si mi cerebro se hubiese partido en dos y mientras una parte disfrutaba del relato de Montero, la otra estuviese trabajando a full en crear algo propio.

Porque los libros no sólo te abren mundos aparte, sino que a veces te abren a tu propio mundo y sacan cosas de ti que ni siquiera tú sabías que estaban.

Me acuerdo de la primera vez que leí alguna de las instrucciones de Cortázar y traté de hacer mis propias (y bien pencas, hay que decirlo) instrucciones. Pero el problema con Cortázar es que tiene un estilo tan fuerte que cada vez que lo leo, por alguna razón, lo siguiente que escribo tiene algo de su estilo, como si fuera una imitación barata.

Hay autores, en cambio, que te abren a tu propio mundo. Es el caso de Rosa Montero y su libro “La loca de la casa”. Hace rato venía planeando una entrada para este libro, pero (como habrán notado) me dejé estar y preferí sacarme pelusas del ombligo. Sin embargo, aquí estoy escribiendo de nuevo (y de paso saltándome todos los post que había escrito y que venían antes).


"Alicia en el país de las maravillas" de René Magritte.

En “La loca de la casa”, Montero habla de todo a la vez en un relato disperso que tiene que ver más con encontrar recuerdos como tesoros en la cueva de Alí Baba, que con una narración cronológica. Y es que no podía ser de otra manera siendo el tema central del libro la imaginación, la “loca de la casa” como le decía Santa Teresa de Jesús.

La loca de la casa poco a poco se adueña de la autora, del libro y de nosotros mismos. Es que la loca nunca está tranquila y siempre anda vagando y metiéndose por todos los rincones de nuestra mente. A mi me ha jugado chueco con un par de recuerdos. Y no es poca cosa.

Por ejemplo, mi querida loca puso en algún momento de mi vida el “recuerdo” de haberme caído de las escaleras cuando era pequeña. Falso. Sin embargo no lo supe hasta años después cuando, dando el hecho por asumido, le pregunté a mi mamá qué edad tenía cuando me había caído, a lo que ésta respondió mirándome como si estuviera enferma: “pero si tú nunca te caíste de las escaleras, hija”.

No hay que tomarse muy en serio a la loca porque se envalentona y nos convence de que no está tan loca como dicen y ahí sí que estamos mal. Quién no se ha encontrado con que esa persona “maravillosa” a la que le habíamos colgado todas las características de la perfección resulta ser un tipo común y corriente pasando para cerdo insufrible.

Y la loca ataca de nuevo, no por maldad, sino porque le gusta soñar… y a nosotros nos encanta creerle. Es que cuenta cuentos muy lindos a veces la loca y de verdad queremos oírlos, y de verdad queremos creerlos.

"El poder blanco" de René Magritte.


Anécdotas propias que son falsas, y ajenas que son verdaderas, inundan las páginas del libro (que me dejó con unas ganas locas de leer la biografía de Philip K.Dick), que si bien tiene a la imaginación como tema central, también vuelve una y otra vez al tema de ser escritor (o escribidora, que no me alcanza para escritora). Todos los que nos apasiona escribir nos vamos a sentir indefectiblemente identificados con lo que describe la autora: cómo hilamos palabras cuando caminamos, cuando vamos en la micro, cuando nos duchamos… y cómo se nos escapan cuando queremos llevarlas al papel, justo cuando teníamos la frase exacta, las palabras correctas, la combinación perfecta. El capricho de las palabras y su infinita belleza, a veces incapaz de describir lo que sentimos, pero a la vez creadora de nuevos sentimientos.

O como cuando tenemos la idea perfecta y se escapa en una ráfaga dejándonos esa frustrante sensación de que no es que en realida dse nos ocurran verdaderamente, sino que siempre han estado allí y simplmente que unos tienen la suerte de que les "piquen" más frecuentemente, como las pulgas (como decía George Bernard Shaw).

En fin, no tiene mucho sentido re-escribir algo que ya escrito (y vaya qué bien escrito). Simplemente les dejo el bichito de la curiosidad y un par de links de otras personas (queridísimas personas) que también tuvieron que escribir algo después de leerlo. Léanlos aquí y aquí.

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miércoles, 28 de abril de 2010

Una casa sin libros

Decía Edmundo de Amicis que una casa sin libros era un casa sin dignidad, no sé si yo sería tan dura, pero al menos me parece que una casa sin libros es una casa vacía. No sé a ustedes, pero a mí, las casas donde no hay libros me producen una sensación extraña, como si nadie pudiera vivir ahí realmente. Es como si todas las figuritas de loza, porcelana o cristal que llenan las repisas fueran insuficientes, sólo un escenario de cartón piedra, una mascarada de un hogar.

En un país como Chile, donde tener más de 100 libros ya es considerado sobre la media (aunque para mí sea una mini biblioteca como para comenzar), es difícil encontrar una casa con una estantería donde haya algo más que los libros que les piden en el colegio a los niños, una guía de teléfonos y una Biblia.

No recuerdo cuándo exactamente me comencé a fijar en esto, pero debe haber sido poco después que comenzara a visitar las casas de mis amigas del colegio. Al principio fue una sensación de extrañeza parecida a la que te produce tomar el té en una taza que no es la tuya, con una cuchara que no es la tuya y sentada con gente que no es tu familia. Se sentía raro. Pero al menos vajilla y cubiertos vas a encontrar en todas las casas. Ver las estanterías repletas de chucherías y fotos de familia se sentía definitivamente anormal. Era como ver una casa sin techo, no sé.

Hasta el día de hoy tengo la manía de fijarme dónde están los libros en las casas que visito. Hay sitios maravillosos como la casa de mis tíos en Concepción o la casa de mis suegros, donde hay libreros que van del suelo al techo y uno se puede pasar horas hojeando libros y descubriendo pequeñas maravillas*.

Las casas sin libros, en cambio, me parecen poco interesantes. Claro, pueden contener cosas interesantes para quien las habita: fotos, recuerdos e historias, que al resto nos importan un pepino. Los libros en cambio, por muy personal que sea la selección, son universales. Puedo ver un Tolstoi, un Eco o un Wilde en cualquier parte y siempre va a significar una sonrisa (y ganas de sacarla de la estantería y leerlo ahí mismo de ser posible).

La biblioteca de Neil Gaiman. Un sueño.


Supongo que es una cuestión de familia. No crean, no vengo de una familia adinerada ni de la crème de la crème intelectual, como diría un profe de cine que tuve en la universidad, con suerte llevamos unas cuantas generaciones usando zapatos. Sin embargo, los libros siempre han sido un tema en esta casa. Mi bisabuelo era empleado en una salitrera, vivían en una casa minúscula** y les pagaban en fichas para comprar en el mismo local de la oficina salitrera, la pulpería. Sin embargo, y no sé cómo, mi bisabuelo encargaba todos los meses libros y revistas a Iquique. Como postal de antaño, mi tía abuela me cuenta que después de cenar los hermanos se sentaban en el suelo de la pequeña salita de estar a escuchar los cuentos que les leía su papá.

Lo reconozco, los libros son una parte importante –importantísima– de mi vida. Y me es difícil imaginar que exista gente a la que les dé igual o, peor, para la cual sean un estorbo, una cosa sin mucho sentido. Supongo que prefiero pensar que es porque no los conocen, porque nunca han leído algo con lo que se sientan representados, algo que los haga correr, volar, amar, reír, llorar, u odiar.

Mi sueño de cabra chica mentira, todavía lo tengo, tener la biblioteca de la Bestia =)


* Así descubrí uno de los últimos libros que he leído “Las seis esposas de Enrique VIII”, sobre una época histórica que desde chica me ha fascinado y que, para mi buena suerte, encontré un día en casa de mis suegros.
** Él, librepensador radical, decidió no ocupar las casas destinadas a las personas que hacían trabajo de oficina (era contador), sino que prefirió una de las casas que le daban a los mineros. ¿De dónde creen que saqué mi faceta reclamona, crítica e insatisfecha? =P



PD: Hoy estoy dichosa porque paseándome por la Feria del Libro de Plaza de Armas encontré unos libros a precios ridículos. "En la bahía" de Katherine Mansfield, "Amantes y enemigos" de Rosa Montero, "Dos cuentos de Canterbury" de Geoffrey Chaucer y uno pequeñito de Pérez Reverte (“Sobre hombres y damas”) a luquita =P

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miércoles, 21 de abril de 2010

Pensamiento mágico

Es lamentable que después de años de discursos apelando al pensamiento mágico se lo haya terminado asociando a las mujeres. A algunas psicólogas (y pseudo psicólogas chantas) les encanta sacarlo a colación cada vez que pueden. Para ellas el pensamiento mágico reside en la mente femenina, siempre tan dada a la fantasía, basta echar un vistazo a la publicidad dirigida a nosotras y a eso que insisten en llamar “literatura femenina”.

Más allá de los prejuicios y las etiquetas vacuas, creo que el pensamiento mágico es algo bastante más complejo y universal, enraizado en nuestra cultura mucho más de lo que creemos. Pensamiento mágico es, para mí, esa maravillosa facultad para hacer responsable a la nada de un todo, para darle sentido a lo que no lo tiene, para encontrar respuestas donde no hay más que preguntas.


Una cosa es suspender la incredulidad en un show de ilusionismo o en el cine. Otra muy distinta hacerlo por la vida.


Hace unos días me abordó en la calle una vendedora de esa secta llamada Herbalife. Iba con tiempo así que decidí que medir mi índice de grasa corporal no era una mala idea. Me llevó a un edificio cercano, me preguntó cuánto medía, me pesó, calculó mi índice de masa corporal* y luego me pidió que sostuviera un aparatito entre mis manos que supuestamente mediría la cantidad de grasa en mi cuerpo. Me presté para eso también.

Mientras lo sostenía, le pregunté cómo funcionaba el asunto, cómo diablos, con sólo tomarlo, podría decirme qué porcentaje de mi cuerpo era grasa (sin decir qué tipo de grasa era tampoco, que hay distintas y algunas necesarias). Me miró entre divertida y desconcertada y me respondió que cómo iba ella a saberlo.

Ella: es como saber cómo funcionan los celulares o los computadores…
Yo: … (por un breve segundo pensé en explicárselo con peras y manzanas).
Ella: lo importante es que funcionen.
Yo: … (cada vez más sorprendida tratando de poner cara de ‘sí, obvio’).
Ella: no, yo no tengo idea como funciona, lo único que sé es que aparece el numerito y listo. Imagínate si uno supiera cómo funcionan todas las cosas que usa… jajaja – traté de reírme con ella, pero la verdad terminé riéndome de ella y de mí–.

A estas alturas de la “conversación” estaba absolutamente pasmada. Vale, no me sorprende la capacidad de ignorancia de las personas, pero me enerva que ni siquiera tengan una mínima cuota de curiosidad en su interior. ¿Cómo demonios no van a querer saber cómo funcionan las cosas que usan diariamente? Nadie les pide que se metan en los circuitos o sean técnicos (yo tampoco lo soy), pero al menos tener una idea general de su funcionamiento hace que podamos responder adecuadamente cuando eso, por algún motivo, deja de funcionar.

Claro, el asunto no es tan sorprendente si pensamos que desde pequeños a muchos niños (la gran mayoría) les dicen que hay un señor viejo y barbudo en el cielo que creó todo lo que conocemos de la nada porque un buen día se le dio la gana y que vigila todas las cosas que hacemos. Cuando la gente piensa que hay que “dejar las cosas en las manos de Dios” porque “él proveerá”, cuando se tiene más fe en la cura milagrosa que en el saber científico, cuando el presidente de un país se hace eco de mitos urbanos y dice que “el pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”.

La religión es una inmensa fuente de pensamiento mágico, con todos sus dioses, santos, mártires, plegarias, rituales y tradiciones, donde el hecho de “tener fe” muchas veces **equivale a decir “porque sí”, a una respuesta grandilocuente y vacía. Creo que ese es el mayor pensamiento mágico del mundo… y ha sido creado y dirigido siempre por hombres.



* Por primera vez en años tengo un IMC normal en vez del típico “por debajo de la media” que me acompañó por tantos años.
** La mayoría.

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viernes, 9 de abril de 2010

Talento y redención

Estos últimos años los programas de talentos se han multiplicado. Creadores de franquicias como American Idol o Britain’s got talent deben haber ganado millones vendiendo el formato a otros países. Sin embargo, lo que más me llama la atención de estos concursos son los personajes que han creado.

Gente como Susan Boyle, o más recientemente el chileno Freddy Amigo, representan los íconos de este tipo de programas… pero no sólo de eso. Los casos de Boyle y del chileno son, a mi juicio, un mea culpa público de sociedades discriminadoras y maltratadotas que, en una especie de redención elevan a la categoría de ídolos a los que normalmente serían los nerds del curso, los chicos a los que les harían bullying.

La vieja gorda y fea, a quien todos miran con desdén, va y canta bastante bien. No, no es que sea una lumbrera del canto, simplemente les cerró la boca a aquellos que pensaron que iba a maullar como gato, a aquellos que la miraron de arriba abajo y arriscaron la nariz con esta inglesa con acento de provincia, desaliñada y risueña. Pero eso no significa que Boyle lo haga perfecto. Como mucho convengamos en que tiene talento, sí, bastante, pero falta que lo pula y lo trabaje más.

Para decirlo en términos simples hay cientos de cantantes posiblemente iguales o mejores que Susan Boyle. Lo que hace que esta última tenga el éxito que tuvo no es tanto ella como nosotros.



No me considero alguien que tenga un gran oído musical, aunque trato de educarlo. Crecí escuchando ópera, escuchando a mi papá cantar óperas con su vozarrón que inundaba la casa entera, y también escuchando sus comentarios y críticas sobre otros cantantes de ópera. Su favorito “actual” era Pavarotti, de los antiguos se quedaba con Ramón Vinay y Enrico Caruso.

En la familia de mi mamá también se escuchaba ópera. El favorito de mi tía es Plácido Domingo. Desde pequeña que lo escucho cantar Granada, creo que me la sé de memoria, por eso cuando escuché a Freddy Amigo tratando de cantarla casi me da un ataque. Posiblemente haya detectado la décima parte de los fallos en la ejecución e interpretación que una persona con el oñido más educado, pero aún así, es evidente que desafina, hay notas que no toma bien o a las que simplemente no llega.




El impacto de Freddy Amigo es, al igual que el de Susan Boyle, más por su historia y las circunstancias que por su real talento. Llega un tipo gordito, bajo y moreno, la antítesis del sueco promedio, y más encima chileno que –oh maravilla–, no es lanza. Un chileno que, como muchos de los que se fueron a Suecia y otros países con un poderoso Estado benefactor, no sólo usaron sino también abusaron del sistema. Y este chileno, este parásito de la sociedad sueca abre la boca y no lo hace mal. Tiene algo de ritmo, tiene carisma, tiene potencia en la voz… y entonces los suecos se acuerdan de que ellos también han tratado mal a varios de sus compatriotas, los han discriminado y piensan que quizás no son todos así, que quizás se equivocaron… y les baja un poquito de arrepentimiento. Ven al morenito esforzarse tanto, con tanta ilusión y humildad y se les parte el corazón medio congelado que tienen, como que les cosquillea algo ahí adentro y sienten que podrían, por una vez, hacer las cosas distintas. El chileno termina con una nota que se le va completamente en collera (más bien no la alcanza) e intenta disimularlo con una cabriola vocal, pero a esas alturas ya no importa, para ese momento ya todos se sienten lo suficientemente culpables y a la vez magnánimos como para regalarle su aplauso.



Por favor, escuchen la versión de Granada de Plácido Domingo, que es la clásica versión y vuelvan a escuchar la del chileno.



Les dejo también esta versión de mi último descubrimiento musical: Juan Diego Florez, tenor peruano halagado por el propio Domingo como el mejor tenor ligero de la historia. Si le gusta el canto lírico vale la pena escucharlo.


Ahora sí, me paro para aplaudir.

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viernes, 2 de abril de 2010

Cadenas religiosas

Aunque gritemos a los cuatro vientos lo mucho que odiamos las cadenas de cualquier tipo, nunca falta el contacto o el amigo desubicado que te envía una. La amistad y el amor son los temas preferidos: "eres mi mejor amiga", "el amor todo lo puede" y toda esa basura que parece sacada de la peor tarjeta de saludos. Frases hechas que, a estas alturas del partido, ya han perdido todo sentido y no sirven para nada más que para hacer chistes sobre ellas*.

Pero en fechas como la Navidad y la Pascua, Jesús y sus secuaces se toman la red para enviar mensajitos apocalípticos teñidos de amor, paz y todos esos sentimientos angelicales que dan ganas de responder enviándoles una molotov por e-mail.

Una de esas graciosas cadenas llegó a la casilla de correo de mi novio. Como me encuentro imbuida del beatífico espíritu de Semana Santa, se las transcribo y comparto con ustedes este trozo de sabiduría y amors (el texto en rojo son las respuestas de mi novio, versión aumentada y corregida por quien escribe).



Espero que no te moleste.

Me molesta sobremanera. Soy un fiel seguidor del Monstruo de Espagueti Volador y detesto las religiones violentas y dictatoriales.

"Cuando la vida te niega una cosa... es porque te tiene preparado algo mejor."
¿Y cuándo la vida le niega la vida a un niño? No me vengan con idioteces. Las cosas malas pasan por la misma razón por la que pasan las cosas buenas: porque existe un 50% de probabilidades de que pasen.

Hola, disculpa por molestarte pero es muy urgente! Tengo un amigo que llegó de muy lejos y necesita un lugar donde quedarse. Siendo así, le sugerí tu casa.
¡¿Pero cómo se te ocurre andar ofreciendo casas ajenas a desconocidos?! Después invítalo a mi cama también. Seguro que trata de meterme el espíritu santo, como tantos de sus sacerdotes.

Te pido que lo recibas y lo ames. Su nombre es Jesucristo.
Disculpe señor Jesucristo, pero no me interesan los vendedores ambulantes. Menos aún los que vienen a engrupirnos con fábulas hollywoodenses con las que se justifican inquisidores, oscurantistas, asesinos, guerreros santos, torturadores, dictadores y encubridores de pedófilos.

Ahora di en voz baja: puede entrar Señor, yo te necesito**.
Lo digo en voz alta: "váyase caballero. Trate de arreglar la cagadita que dejó hace dos mil años".

Limpia mi corazón con tu sangre y bendice a mi familia.
Si no ha sido capaz de limpiar su propia iglesia, dudo que pueda limpiar algo más que no sea su propio y santo trasero. 

Envía a tus contactos y recibirás un milagro mañana.
El mejor milagro que se me ocurre es la desaparición de los monoteísmos. Si tu dios no es capaz de cumplirlo, que se vaya a escribir biblias mejor.

Si crees en Dios, envía este mensaje a 20 personas.
Tengo serias dudas respecto a la existencia de Dios. La verdad, no me importa si hay uno, dos, doscientos o ninguno.

Si lo rechazan, recuerda que Jesús dijo: "Si me niegas entre los hombres, te negaré ante mi Padre”
¿Y quién se cree que es este hijito de papá? Típica actitud de mafioso. 
Súper elevado su sentido de justicia, me impresiona.

Dentro de 4 minutos te darán una buena noticia!
Sólo se me ocurre una buena noticia: el fin de las cadenas de e-mail... y de los monoteísmos.




* Acabo de ver la peli "(500) days of Summer" y no pude evitar acordarme de esta gran cita: "Roses are red, violets are blue... Fuck you, whore!" (uno de los personajes leyendo una tarjeta de amor escrita por el protagonista... sí, el prota era un looser que se dedicaba a escribir los mensajitos de las tarjetas).
** Cada vez que leo esta líneame imagino a una actriz porno diciéndola... tengo una mente podrida, lo sé, pero no me quejo =P

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jueves, 1 de abril de 2010

El mundo está loco

Conversación oída en la fila del banco.

Preámbulo: justo detrás mío, un caballero y una señora mayor parloteaban alegremente sobre el tema de moda por estos días en Chilito, a saber, el terremoto. Qué cuán fuerte fue comparado con el del 85, que dónde estaba para el del 60, que cómo se movían los árboles/calles/casas, etc. En eso, comienza este extraño diálogo.

- Señor: es que fue muy fuerte, si imagínese que se corrió el eje de la Tierra.
- Señora: sí... qué impresionante.
- Señor: claro, entonces ahora tiene que venir otro tanto o más fuerte para que la Tierra vuelva a su sitio.
- Señora: ...
- Señor: es como cuando uno tiene un dolor de cabeza. ¿Le ha pasado que siente como que el cerebro se mueve para los lados?
- Señora: si...
- Señor: es por lo mismo, porque se corre de su eje y para que se le pase tiene que volver a su lugar.
- Señora: ahhhh


Escuchar este tipo de cosas hace que piense que el mundo está irremediablemente loco.

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lunes, 29 de marzo de 2010

Noche en la ciudad

No sé si ya se los he dicho, pero yo nací vieja. Al menos si lo vemos desde el punto de vista del adolescente o joven promedio, nunca he encajado mucho con las lógicas de entretenimiento que estos tenían y que todavía tienen.

Hasta el día de hoy me causa una gracia infinita ver las caras cuando les respondo que tomo poco*, que no fumo**, que nunca he probado drogas y que no me interesa hacerlo y que mi mayor estado de embriaguez (si es que se le puede llamar así) consistió en no calcular bien la distancia entre la planta de mi pie y el suelo (sin consecuencias de ningún tipo). La respuesta es siempre la misma: ojos excesivamente saltones, como si quisieran abrirlos hasta abarcar toda la cara con ellos, un ‘¿en serio?’ que brota de sus labios no como pregunta ordinaria, sino como queriendo confirmar una especie de milagro. A continuación de mi repetitivo “así es” viene un período de acostumbramiento en el cual, mientras el cerebro comienza a procesar la información correcta, la mente del individuo choca una y otra vez con los patrones sociales más comunes y su propia experiencia. “No puede ser”, “pues es”, “y cómo no te aburres” o un “¿acaso no tienes vicios?”. Mi respuesta estándar es: “lo que pasa es que tengo otros peores”.




Hace un par de semanas fuimos a una tocata en Bellavista con una amiga. Tocaba una banda tributo de uno de nuestros artistas preferidos y decidimos ir a cabecear y liberar tensiones. Llegamos, nos instalamos en una mesita y, por un par de horas (hasta que la banda salió finalmente al escenario), nuestra actividad consistió en conversar y tomar bebida. Eso hasta que un loquito se acercó a nuestra mesa:

- Chiquillas, las veo aburridas, ¿se quieren unir a nuestra mesa?
- No, gracias, estamos bien.
- Pero en serio, mira, nosotros estamos allá. Tráiganse sus vasos y se sientan con nosotros – el tipo era el típico metalero con pelo largo, vestido de negro con alguna polera ad hoc para la ocasión.
- No, en serio, no te preocupes, lo que pasa es que estamos esperando a los que vienen después, pero no hay drama.

Cuento corto: ante la insistencia del personaje y viendo que en realidad no quedaba demasiado tiempo de espera, decidimos cambiarnos de mesa. Allá nos esperaban un par de tipos, una chica, varias botellas de cerveza vacías y una mayor concentración de humo que donde estábamos.

Es en esta parte donde comienza el frikerío y mi teoría de que en la noche aparece otra raza de idiotas que releva a la masa de ganado embrutecida y compradora compulsiva que abunda durante el día. En la noche salen los inadaptados, los tipos que creen que bebiendo ocultan su estupidez y mediocridad habitual. No, no es que estén ebrios, es que naturalmente también son un poco así.



Primer acto: las preguntas idiotas no pueden ser contestadas con la razón.
- ¿Y ustedes qué hacen?
- Somos periodistas.
- ¿Y por qué no están en Concepción?
Chan. Claro, el terremoto es lo único que pasa en Chile y en el mundo, se nos olvidó, qué tontas de nosotras que no estamos cubriendo la única noticia sobre la faz de la tierra. Shame of us.

Segundo acto: un “no, gracias” es un NO
- Chiquillas, no se trajeron los vasos para tomarse una chelita con nosotros.
- No, gracias.
- No hay problema, si la compartimos ¿les voy a buscar vasos?
- No, gracias, no nos gusta la cerveza –notamos la cara de incredulidad y sorpresa entre los que alcanzaron a escuchar nuestra respuesta en medio del barullo del local.
- ¿En serio?
- Sí –respondemos a coro pensando en cuántas veces hemos tenido que dar esa respuesta y ver esa misma expresión, algunas veces de forma más estética que otras, hay que decirlo.
- No, si igual al principio es mala, pero después uno se acostumbra.
Lejos el peor speech para tratar de convencer a alguien que he escuchado.Ojalá no haya tratado de convencer así a la polola para que le hiciera sexo oral (lol).

Tercer acto: cualquiera sabe más de periodismo que quienes lo estudiamos
- ¿Y ustedes qué piensan de los tipos que opinan sin ser periodistas en la tele?
- Pimero no hay que ser periodista para opinar, segundo la tele no es nuestra principal fuente laboral y tercero, por mucho que quien pone la cara no sea periodista hay 5 giles atrás que son los que le hacen los libretos y le buscan la información que sí lo son.
- ¿Cómo que la tele no es su principal fuente laboral? ¿Y en qué más puede trabajar un periodista?
- Bueno, primero hay otros medios (escritos, radiales, en internet, etc.) y segundo también tenemos el campo de las relaciones públicas, comunicación organizacional, etc.
- Pero para eso están los relacionadores públicos.
- Sí, pero nosotros también estudiamos eso, y usualmente entre un RR.PP. y un periodista, prefieren a éste último.
- No te creo.
- Como quieras, pero así es.

La conversación duró un poco más y el sujeto en cuestión se negaba a creer:
a) Que la tele no fuera nuestra principal fuente de trabajo
b) Que, por lo mismo, la alta tasa de cesantía entre los periodistas se debía a esto y no al hecho de que el número de aspirantes a periodistas superaba ampliamente un mercado que es bastante amplio.
c) Que los periodistas tuviéramos que ver con relaciones públicas, supiésemos de eso y trabajáramos en ese campo.
d) Que particularmente a nosotras 2 nos importaba un pepino que quien diera las noticias o comentara farándula fuera periodista o no.
e) Que no estuviéramos en Concepción.
f) Que la Tierra gira alrededor del sol (esto último no comprobado, pero tenemos fuertes sospechas para intuirlo).




Cuarto acto: pagar por ver lo que no te gusta la lleva
- Yo soy músico. Soy ingeniero químico, pero en realidad soy músico.
- Ya.
- ¿Y sabí lo que pasa? Me cargan estas bandas tributos porque ellos no son músicos de verdad, no son artistas, se dedican a vivir de lo que hicieron otros.
- …
- … y estos weones de los bares prefieren contratarlos a ellos porque atraen más gente ¿como tú que pagaste por verlos? en vez de darle más espacio a los artistas de verdad.
- …
- … por eso me cargan estos weones –mostrando su dedo del medio hacia la sala del lado donde un grupo estaba finalizando su show.
- … ya… creo que ahora viene el grupo que veníamos a ver. Que estés bien pelotudo amargado e imbécil que paga 2 lucas + consumo por ir a ver algo que no te gusta. Chao.

Quinto acto: los borrachitos simpáticos también apestan, sólo que te da más lata decírselo.
Son esos que dejan su dignidad con el primer trago de la noche. Aunque usualmente manejan un concepto de dignidad bastante amplio y cuestionable, así que la diferencia no es mucha que digamos.

Mientras coreamos letras aprendidas de memoria en nuestra adolescencia, nos movemos espasmódicamente y cabeceamos al ritmo de la batería, no falta el borrachito buena onda que se acerca.

Le escena es más o menos así: borrachito se acerca con botella en mano. Nos corremos. Borrachito se acerca más. Lo miramos con un poco de repugnancia condimentado con un dejo de simpatía. Nos ofrece cerveza. En lenguaje de señas le decimos “no, gracias”, le damos la espalda y seguimos cantando con la esperanza de que se vaya a joder a otra parte. Pero no, sigue ahí. Al rato se acerca de nuevo. Nos corremos. Se acerca, nos sonríe y nos pregunta por el nombre de la banda en un inglés digno de Lucho Jara. Asentimos con la cabeza, levantamos el pulgar y tratamos de ignorarlo por décima vez. Vuelve a la carga unas 2 veces más tratando de recordar el nombre de la banda. A la cuarta vez más o menos se cansa… por fin.

Último acto: las niñas con lentes somos especiales
Ya en el paradero -cansadas, con los oídos tapados y la garganta hecha mierda- nos toca otro grupito de giles. Uno se acerca y nos pregunta adónde vamos:

- Lejos.
- Nosotros también. Vamo a la chucha.
- Ya.
- Oye, weon no molestí a las chiquillas –los 2 que estaban más allá se dan vuelta y tratan de persuadir al primero. De más está decir que todos presentan un estado etílico evidente.
- Además ellas tienen lentes –dice el otro iluminado- y tú no.
- Tienes razón –dice el primer jote, se da media vuelta y vuelve con ellos.

No podemos más de la risa. La estupidez ganó la partida esa noche.


* Nada cerveza, a no ser que salga la cerveza Fucking Hell en cuyo caso haré una excepción para poder decir: “I tasted the Fucking Hell... And I'm still alive" =P
** Vale fumé, pero cuando tenía 14 años, hasta que me dí cuenta que era una mierda (lo que pasó unos pocos meses después).

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lunes, 22 de marzo de 2010

Estupidez e ingenuidad post terremoto

Es cierto, vivimos un terremoto*, la histeria y el pánico colectivo se apoderaron del país por varios días. En muchos lugares tardaron en reponer los servicios básicos** y simplemente no había nada. No tenían casa, ni agua, ni comida. Nada.

Curiosamente muchas de estas personas ya no tienen miedo. Quizás sea justamente por el hecho de que no les queda nada que perder. El terremoto y el posterior tsunami se lo llevaron todo, incluso el temor. Ahora "sólo" les queda ponerse de pie, reconstruirse y reconstruir lo que perdieron.

Sin embargo no es de ellos de los que quiero hablar hoy, sino de los otros. De la gente que no perdió mucho (o quizás no perdió nada más que un par de platos) y que, por lo mismo, desde el día del terremoto vive con un miedo terrible a perder lo poco que tiene.

La incertidumbre, el miedo y la histeria rondan y se retroalimentan generando un clima enrarecido. La gente comienza a creer en estupideces. Ya no son los simples rezos ni el horóscopo de los domingos, sino que ahora es el gurú de la tele que predice una réplica (WTF?!) o el amigo que pone en facebook que el primo del tío del amigo de su novia que trabaja en el ministerio de la escoria le contó que en dos días iba a venir otro terremoto... y no falta el otro que lo "comparte" o lo retuitea haciendo de la generación de pánico colectivo un deporte nacional. La capacidad crítica (naturalmente escasa en algunos) baja a niveles dramáticos... y algunas veces irrisorios.



Algunas personas se terminan de volver irremediablemente tontas. En medio de la desesperación, el tornillo suelto se cae definitivamente y la credulidad y la ignorancia se hacen demasiado amigas de la histeria. Da lo mismo que lo diga el experto, el ingeniero, el cura o la médium.

Por una parte no los culpo, después de los inexcusables y vergonzosos errores cometidos por las autoridades es casi imposible pedirle a las personas que confíen en ellas. El problema está cuando se confía en cualquier gil sin corroborar nada y, peor aún, cuando esa "información" no sirve para generar nada positivo (prevención, autocontrol, solidaridad), sino sólo más actos fallidos y neurastenia generalizada (acaparamiento, egoísmo, estados de ánimos alterados).


¿Paz mental? Si yo tuviera esa cosa sí que andaría saltona todo el bendito día.

Es terrible. Es patético. Pero también es chistoso.



* Para información de los periodistas de la tele un terremoto es de por sí un sismo grande. No hay para qué agregarle eso de "mega" terremoto. Es un poco hinchapelotas.
** Hay localidades que todavía están sin agua potable, como Hualpén. Inconcebible.

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lunes, 15 de marzo de 2010

La noche que vivimos en peligro

(o mi versión del terremoto, dos semanas después)

Alguna hora en la madrugada.

La cama se bambolea sin que medie ningún esfuerzo humano. Abro los ojos y miro a través de la más negra de las oscuridades. “Está temblando” digo. “Sí, y fuerte” me contesta la voz de mi novio desde la oscuridad, al parecer en el mismo estado de ‘alerta temprana’ que yo.

Silencio, tratamos de escuchar lo que nuestros toscos oídos humanos no nos permiten. Tratamos de ver en la oscuridad y hasta de oler el aire si es necesario.

“Esto se viene fuerte, levantémonos”. A la señal me paro y nos ubicamos en el dintel, tomados de la mano, cada uno aferrado a su pedazo de estabilidad. El suelo se mueve de un lado para otro bajo nuestros pies, no con movimientos ondulantes como los temblores que hasta ese minuto recordaba, sino con un violento zigzag que amenaza nuestra postura vertical con respecto al suelo.

Crash. Algo se cae y se quiebra cerca mío. Inmediatamente pienso qué podría ser y qué más hay cerca que eventualmente se pueda caer sobre nuestras cabezas. Crash. Segundo quiebre y final.

Siento fascinación por todo lo que pasa a mi alrededor. Me siento metida en una de esas películas gringas catastróficas donde a medida que los protagonistas avanzan el mundo se va haciendo añicos detrás. Una parte de mí se decepciona al ver que no siguen cayendo más cosas. La parte cuerda (que la tengo también) se alegra.

Es como la sensación de vértigo. El que la padece no siente precisamente miedo a las alturas, sino que tiene que luchar contra unas ganas locas de lanzarse al vacío. Bueno, yo no sentía precisamente miedo, o por lo menos, el miedo no estaba dentro de mis prioridades en esos momentos. Lo que sentía eran unas ganas locas de que quedara la escoba a mi alrededor. Demasiadas películas gringas, siempre lo supe.



Is everyone afraid?

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viernes, 12 de marzo de 2010

Gracias por la paranoia

Hace unos días salió una comentada columna en el Wall Street Journal con el inefable título “Cómo Milton Friedman salvó Chile” de Bret Stephens. La columna, un himno al fanatismo histérico, decía, entre variadas sartas de argumentos propios de calcetinera, que nuestro país resistió tan bien el terremoto debido a las reformas impulsadas por los famosos Chicago Boys en los ochenta que, entre otras cosas, habrían impulsado un norma de construcción mucho más rígida.

Sí, seguro.

Por suerte en el mundo también hay gente con rigor histórico y analítico. Una de esas personas en Naomi Klein quien rápidamente se encargó de refutar (también podríamos usar basurear, poner en su lugar o hacerle un “codazo del pueblo”) las singulares teorías de Stephens.

Quizás lo más destacable de la columna de Klein sea que nos recuerde que la última norma seria que se dictó en este país en cuanto a estándares de la construcción provenga del gobierno de Salvador Allende. Desde ahí en adelante lo único que se ha hecho es flexibilizarla (con algunos pocos beneficios migajas para los clientes como ampliar de 5 a 10 años la responsabilidad por fallas estructurales).

Edificio Alto Río en la ciudad de Concepción. Fue entregado el año pasado, muchos de sus departamentos todavía estaban a la venta.


El pensamiento radical de Friedman deja todo en manos del Santo Patrón Mercado, quien regularía todo a la perfección dejando contentos a moros y cristianos. Sin embargo, las fallas estructurales del pensamiento del ilustre representante del pueblo judío son obvias. Quisiera hacer hincapié en dos de ellas particularmente: la paranoia y la autorepresentación.

Partamos por la última siguiendo con el ejemplo de las constructoras y los edificios que colapsaron en este terremoto. El libre mercado extremo de Friedman concibe un Estado pequeño y con poco poder fiscalizador. Éste residiría en los propios ciudadanos, supuestamente, siendo instancias como el SERNAC (Servicio Nacional del Consumirdor) un organismo más de información que fiscalización. Sin embargo, ¿cómo demonios puedo saber yo que el edificio está bien construido? ¿cómo puedo asegurarme más allá de las cosas formales como que tenga tantos metros cuadrados o terminaciones decentes?

Se supone que el mercado “premia” el buen trabajo a través de la marca y la fidelidad del cliente, pero en el caso específico de las constructoras e inmobiliarias, a no ser que el edificio presentara fallas anteriores, eso fue prácticamente imposible. Eso sin contar con que el boom inmobiliario en algunas comunas fue tan fuerte y tan rápido que una empresa alcanzaba a vender varios edificios antes de que el primero comenzara a presentar fallas, y más todavía hasta que la noticia comenzara a difundirse en los medios (cosa que, por lo demás, que nunca pasó seriamente dado los intereses publicitarios en los grandes medios de comunicación).

Consecuencia directa de lo anterior es lo que vemos en estos minutos: la paranoia total. Ahora resulta que todas las constructoras hacen edificios de cartón, todas las inmobiliarias venden mentiras, todos los arquitectos son poco éticos y todos los ingenieros calculistas están comprados por los anteriores.

Paranoia que se repite en todos los ámbitos de la empresa privada. Tenemos el eterno sentimiento de que nos están “cagando” y en situaciones como ésta lo corroroboramos con creces.



Ante el desastre y la paranoia la gente se une tratando de protegerse y proteger su patrimonio. Unas pocas de estas iniciativas tienen éxito, la gran mayoría se trata de unas pocas personas, con el suficiente conocimiento o ambición, que toman la dirigencia ante la mirada corderil del resto que lo único que hace es pedir a gritos la vuelta de papá Estado. Curiosa reacción de una sociedad supuestamente libremercadista, pero para qué estamos con cuentos si al final del día todos tenemos un estatista al fondo de nuestro corazón*.

Paranoia inútil por lo demás porque, como ya vimos, difícilmente vamos a saber nunca lo que estamos comprando en realidad. Por mucho que nos informemos, al momento de firmar por nuestro crédito en cómodas cuotas a pagar a lo largo de gran parte de nuestras vidas, estaremos dando un cheque en blanco, un voto de confianza con más o menos certezas, pero nunca con un 100% de seguridad.

El maravilloso sistema ultra capitalista de Friedman descansa, entonces, sobre el nulo poder de una ciudadanía desintegrada, que ante la emergencia se apanica, cae en la paranoia y a la cual le resulta muy difícil recomponer los lazos sociales rotos, quedando, una vez más, en la indefensión ante los agentes del mercado. Mil gracias por la paranoia, Friedman.



*Incluso “aquellos” (o si no ¿cómo se explican las subvenciones, rebajas de impuestos y otros “cariños” del estado a la gran empresa?).

Les dejo un video que vale la pena ver, sobre todo en la actual situación que vivimos como país.

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martes, 9 de marzo de 2010

Una semana después

Una semana antes del terremoto yo estaba cómodamente sentada en un restaurant frente al mar en Talcahuano, disfrutando de unos locos al pil pil, mientras un chico nos amenizaba el almuerzo tocando un repertorio de lo más ecléctico junto a su acordeón. Ese día visitamos el Huáscar y dimos un pequeño paseo en lancha para ver la bahía de Talcahuano, los astilleros de ASMAR, las loberías y divisar al fondo la hermosa caleta Tumbes. Al día siguiente volvimos a Santiago.

Una semana después de eso no quedaba nada. Los lugares por donde anduve, el local donde almorcé, las calles por las que caminé, las casas por las que pasé, la gente que vi o con la que hablé... todo eso hoy está en el suelo o peor: no existe. Está convertido en pedazos de maderas que desde el cielo parecen un desorden de lápices sobre el barro. Todavía me cuesta creerlo.

Una semana antes nos maravillábamos de los paisajes y la gente del sur. Una semana después la tierra se movía de un lado a otro bajo nuestros pies botando gran parte del país al suelo.

La bahía de Talcahuano. Caleta Tumbes entre la bruma matinal. Foto tomada el viernes 19 de febrero.


No soy particularmente emotiva, pero debo confesar que ver las imágenes de pueblos enteros en el suelo me conmovió. Me sentí de alguna forma parte de todo eso, parte de este país del fin del mundo campeón en desastres naturales, donde cada cierto tiempo un aluvión, un terremoto o una explosión volcánica nos arrebata un pueblo o una ciudad completa, borrando la historia de un plumazo, como sólo la naturaleza sabe hacerlo.

Quizás por eso somos un país con tan mala memoria, un país que olvida y reconstruye a cada rato su historia, porque hay pocas maneras de disfrutar el presente cuando se tiene la espada de Damocles permanentemente colgando sobre uno.


**Con esto inicio una serie de entradas en las que hablaré sobre el famoso terremoto, suspendiendo un poco lo que tenía programado. Ya saben, uno propone y la naturaleza dispone.


Se sigue necesitando todo tipo de ayuda, estés donde estés, sólo hace falta que quieras y puedas. 
Si quieres y puedes, sólo haz un click aquí.

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martes, 2 de marzo de 2010

Cómo ayudar a las víctimas del Terremoto de Chile

Como muchos de ustedes ya sabrán, la madrugada del sábado se produjo un tremendo terremoto que afectó a gran parte del país. El sismo, uno de los más grandes de la historia de Chile y del mundo en los últimos años, alcanzó los 8,8 grados en la escala de Richter en el pueblo de Cobquecura, a unos 90 kilómetros al norte de la ciudad de Concepción, la segunda más poblada del país con poco más de medio millón de habitantes contando las urbes aledañas como Talcahuano y Chiguayante.

En Santiago, 500 kilómetros al norte del epicentro, el sismo llegó con una intensidad cercana a los 8 grados en la escala de Richter, para que se hagan una idea de la magnitud y el enorme territorio afectado. Se calcula que algo así como el 80% de la población se ha visto dañada de alguna manera.

Hoy no les voy a contar qué me pasó ni voy a hacer una crítica al gobierno, a las FF.AA. o a la gente que ha salido a saquear a sus propios vecinos. Los análisis y testimonios los dejaré para otro día. Hoy quiero hacer de este blog un servicio de utilidad pública para que personas de Chile y del extranjero sepan qué tipo de ayuda se necesita y cómo pueden colaborar.

Un gran abrazo a todos y muchas gracias por los mails que he recibido, yo y mi familia estamos bien.

1.- Para donar sangre en Chile
Se pueden realizar donaciones de sangre en distintas zonas del país, estos centros atenderán de 09:00 a 17:00 horas.

En la Región Metropolitana: (los bancos de sangre están colapsados)
- Centro de Sangre Metropolitana, en Avenida Vitacura, ex Hospital Militar.
- Posta Central, en avenida Portugal esquina Diagonal Paraguay.
En regiones:
- En Valparaíso, en el centro de sangre ubicado en Blas Cuevas 985, subida del Litre.
- En San Fernando en el banco de sangre del Hospital de San Fernando en Negrete 1401.
- En Talca, en el centro de diagnóstico terapéutico al costado del Hospital Regional de Talca.
- En Puerto Montt, en la Escuela Nº6, frente a la plaza de armas de la ciudad.

2.- Para donar alimentos y especies en Chile
Recuerden que hacen falta artículos de higiene personal.

En Santiago:
- FIMA, Fiscalía del Medio Ambiente, recibe ayuda para Curanipe, Cobquecura, Chanco, Constitución, Pelluhue. Hagan llegar colchonetas, frazadas, alimentos no perecibles, pilas, combustible, medicamentos básicos, etc. a Guardia Vieja 408, Providencia.
- Iglesias católicas, todas las parroquias recibirán alimentos, no especies. La lista de templos está disponible en el sitio Iglesia.cl
- Hogar de Cristo, recibe frazadas, pañales, leche en polvo y alimentos no perecibles, en todas sus sedes. En Santiago en el Colegio San Ignacio de El Bosque -Pocuro 2801, Providencia- y en su sede central, en General Velásquez.
- Cruz Roja, recibe alimentos no perecibles, agua, pañales y ropa en su bodega, en Seminario 973, Ñuñoa.
- Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), recibe alimentos no perecibles, colados, pañales, artículos de aseo personal, colchones y ropa de cama, en calle Periodista José Carrasco Tapia 9, en Plaza Italia (no se necesitan más voluntarios).
- La Federación de Estudiantes de la UC recibirá alimentos no perecibles, productos de higiene y pañales, ropa, y agua potable envasada en sus campus de San Joaquín y Lo Contador desde el 1 de Marzo a las 9 am.
- Universidad del Desarrollo recibe ropa, frazadas, calzado y comida no perecible en el campus San Carlos de Apoquindo, Avenida La Plaza 680, Las Condes.
- Municipalidad de Vitacura, en Avenida Bicentenario 3800, recibe alimentos no perecibles, pañales, leche en polvo, medicamentos, ropa de abrigo, frazadas y colchones además de materiales construcción, linterna y pilas.
- Grupo Ayuda para Llico grupo de universitarios está organizando por Facebook una recolección de especies para entregar en el sector de Llico, Iloca y Duao.
- Universidad Mayor recibe alimentos no perecibles y ropa, en Campus Alameda, Alameda 2013; Campus Del Claustro, Portugal 351; Campus Manuel Montt; Manuel Montt 367; y en Campus Santo Domingo, Santo Domingo 711.
- Ayuda para Bucalemu y Paredones: se está preparando una camioneta que partiría el día sábado para estas localidades que, por ser mas pequeñas, no son prioridad, pero que están muy afectadas. Es bien específico lo que se necesita: comida no perecible (arroz, leche en polvo, harina, aceite, sal, levadura), toallitas higiénicas, carbón, pañales, artículos de aseo personal (jabón, cepillos de diente, etc.), sacos de dormir, agua mineral sin gas. Por favor no traer otras cosas.
Lugar de recepción: Gerona 3410, Ñuñoa. Es una calle chica que se entra por Holanda después de Simón Bolívar. Miércoles de 10:00 hasta las 22:00
Teléfono de contacto: 98739843.
- Se ha creado un comité de solidaridad para ir en ayuda de la zona de Colchagua. Este recibirá harina, leche en todas sus variedades, pañales, agua, pan, azúcar, café, té. Está ubicado en Avenida Errázuriz 476, Santa Cruz. También habrá otro en en Santiago, Exequiel Fernández 3397, Macul.
- Campaña solidaria "Ayuda a Pelluhue": aporta con alimentos no perecibles, agua y útiles de aseo (ya hay suficiente ropa). Los aportes deben entregarse en el Colegio Universitario El Salvador (CUS) en Salvador 1696, Ñuñoa, el viernes de 11:00 a 19:00 horas y el sábado y domingo de 10:00 a 15:00 horas.

En regiones:
- Iquique: la municipalidad de Iquique recibe pañales, leche, alimentos no perecibles, líquidos (agua y leche) y frazadas en el Estadio Viejo frente a Cavancha, por Avenida Prat. Para más información llamar al 057 514736.
- Valparaíso: la Casa Central de la Universidad Católica de Valparaíso recibe pañales, frazadas, alimentos, artículos de aseo, etcétera.
- Puerto Montt: se recibirán leche, agua y pañales en la Escuela N° 6 España.
- Antofagasta: Renovación Nacional recibirá ropa, alimentos no perecibles, frazadas, calzados, panales y leche, en Sucre 484, segundo piso.
- Temuco: la Universidad de La Frontera recibe ayuda, alimentos no perecibles y ropa en Prat 321, sector centro.
- La Serena: en la Cruz Roja de La Serena (calle Cienfuegos, en el centro de la ciudad), están recibiendo ayuda. Lo que más se necesita son útiles de aseo personal, pañales, ropa interior, calcetines y medicamentos (ropa ya hay suficiente).

3.- Para donar especies y alimentos desde el extranjero
- Consultar en la embajada o consulado de Chile en su país de residencia, las direcciones y teléfonos están disponibles en los sitios Embajada Online y Chileabroad
- Argentina, se reciben medicamentos, pañales, frazadas y agua mineral, también antifebriles, antiinflamatorios y antibióticos, en la Parroquia Santo Tomás Moro, Urquiza 1460 - Vicente López, Buenos Aires). Contacto e información en redsolidaria@fibertel.com.ar o en el teléfono 011 4791 5184.

4.- Para donar dinero en Chile
- Cruz Roja Chilena, cuenta corriente 362883 de Banco Estado
- Caritas Chile, cuenta corriente 0-082-18-00080-1 de Banco Santander, Rut 70.020.800-1, correo culloa@caritaschile.org
- Un Techo para Chile, cuenta 2010 de Banco Santander o teléfono 188 600 600 2010 o en el sitio Untechoparachile.cl
- Hogar de Cristo, cuenta 0036-0100586041 de Banco BBVA, Rut 81.496.800-6
- Ministerio del Interior, cuenta 4545 de Banco Estado, a nombre de Chile Ayuda a Chile.

5.- Para donar dinero desde el exterior
- Unicef y Direct Relief International.
- Citibank, cuenta corriente 9941973331, Código ABA 021000089, Dirección: 153 East 53 Rd. Street 4th floor. New York, Ny 10022.
- Estados Unidos, mensajes de texto con texto "CHILE" al 20222 o 25383, para donar 10 dólares a Habitat for Humanity o a World Vision
- Cruz Roja Española, abrió cuenta de emergencia para Chile. Lista de bancos donde hacer donativos en su página web.

Para más información también puedes visitar: Ayudemos Chile y en Chile Ayuda.

  • INSCRIPCIONES DE VOLUNTARIOS
1.- Inscripción de voluntarios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh)
2.- Ayuda y voluntarios en Vitacura: Si vives en Vitacura y quieres colaborar ya sea enviando productos de primera necesidad o siendo voluntario para ayudar a recibir y clasificar la ayuda que llegue acércate al Auditorium del Centro Cívico o escribe a voluntarios@vitajoven.cl.
3.- Voluntarios para ayudar en la remoción de escombros en la comuna de Cerro Navia coordinada por el Centro de Alumnos de Ingeniería Civil de la Universidad Católica.
4.- Voluntarios "Un techo para Chile" regiones: Voluntarios dispuestos a prestar ayuda civil o a partir en cualquier momento a la 7ma y 8va región. Necesitamos NOMBRE, MAIL, TELEFONO DE CASA (importante!!!) Y CEl. Mandar datos a iabbott@untechoparachile.cl, daniela.navarro@untechoparachile.org, jose.navarro@untechoparachile.org.
5.- La Cruz Roja próximamente estará necesitando VOLUNTARIOS, para ir a distintas zonas del país. Para los menores de 26 años enviar un correo a juventud@cruzroja.cl Para los mayores de 26 a desarrollo@cruzroja.cl -Indicar nombre, teléfono de contacto, mail, ocupación y sector donde pueden ayudar (en RM o en otro sector de Chile).
6.- Voluntariado Ministerio de Salud: Inscríbete acá para ser volutario del Minsal (sólo profesionales y técnicos del área de la salud). Ingresa tus datos para ser contactado. Apenas estén disponibles las condiciones para viajar a las zonas afectadas serás contactado.
7.- Fundación Las Rosas necesita profesionales voluntarios que ayuden a evaluar los daños de sus hogares. Muchos son de adobe, tienen grietas y, considerando que son hogares de ancianos, es URGENTE evaluar su estado. Necesitan ingenieros, arquitectos, constructores, albañiles, carpinteros. Favor comunicarse al teléfono: 730 7122 o al mail: gvargas@flrosas.cl.
8.- Campaña para reconstruir escuelas:La forma de colaborar es la siguiente: visita una escuela (o todas las que puedas) y completa un formulario sobre los daños de infraestructura de los establecimientos. Luego, entra al sitio web e ingresa la información que recopilaste. Los datos serán enviados a Mineduc para comenzar el trabajo de reconstrucción.

  • BUSCADORES DE PERSONAS
1.- Buscador de personas de Google.
2.- Foro buscapersonas.
3.- Cadena de ayuda de CNN Chile.
4.- Facebook de Radio Bío Bío (también tienen su Twitter habilitado para tratar de ubicar a personas desaparecidas).
5.- Búsqueda de personas a través de Radio Cooperativa.
6.- En el Grupo de Fcaebook Terremoto Chile.
7.- En el Twitter de Ayuda Chile también están datos de personas perdidas y puedes poner tu mensaje con el nombre del familiar que buscas.
  • CÓMO AYUDAR A LOS ANIMALES DAMNIFICADOS
Para información sobre cómo ir en ayuda de los más de 700.00 animales que han quedado damnificados también por este terremoto visita: Cómo ayudar a los animales damnificados del Terremoto en Chile.


Si saben de alguna otra forma de ayudar, por favor posteénla para subirla. Gracias.

Si de algo sirve, reenvíen esta información a sus contactos o súbanla a la red social que estimen conveniente. Mil gracias.

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