Vivir y sobrevivir
El dolor es parte de la vida, sentir dolor es sentir que estás vivo. Por eso detesto cuando se te acerca gente diciendo estupideces del tipo: “ya pasará”, “el tiempo todo lo cura”, “no llores, él te cuidará desde el cielo”, y un largo etc.
Llorar hasta quedarte dormida, con los ojos rojos e hinchados no es estar loca. Es estar viva. No necesito un maldito calmante para verme o sentirme ‘normal’... cómo puedo sentirme bien al ver el rostro que amo blanco como el papel, sin una gota de vida en su interior? Llorar y sentir que eres una pura llaga porque el ser que más amabas yace en un ataúd no es malo. Es la vida misma. Yo no sé si eso te enseñe, te haga más fuerte o te vuelva inmune al dolor. No lo creo. Pero sí sé que eso pasa a ser parte de ti.
Para mí no es tema el ‘tener que vivir con esto’. Es como preguntarse cómo se puede vivir con frenillos o sin apéndice. Es un hecho de la vida que yo he elegido tomármelo de la manera que creo correcta: amo a mi papá y no puedo hacer otra cosa que sufrir porque ya no está conmigo, pero eso no me ocupa el 100% de mi tiempo, aunque sí es parte de mi vida y seguirá doliendo con la misma intensidad hasta el día que me muera.
El dolor por la muerte de mi padre no es una carga porque, en el fondo, nace de todo el amor que yo siento por él. Sí lo son las preguntas que no puedo evitar hacerme a partir de eso. El no sentirlo cerca, el no saber si, de verdad, hay una especie de ‘más allá’, el tener claro que nunca más, mientras viva lo volveré a ver... el simple hecho de echarlo de menos.
Supongo que a algunas personas les servirá la religión en estos casos, pero tantas otras nos sentimos en un completo estado de abandono, donde, noche tras noche, el silencio es la única respuesta. Nada del ‘más allá’, ni de ángeles de la guarda, ni de una protección invisible del ser amado, sino la más pura soledad. No queda nada.
Puede ser que se trate de morir un poco para después darse cuenta de que uno sigue vivo. No sé si a partir de experiencias dolorosas se aprende... quizás uno comience a valorar más otras cosas y, al estar tan cerca de la muerte, le tome el peso a la vida. Quizás porque nos obliga a preguntarnos qué somos y para qué diablos vivimos.
Pero lo cierto es que pocas veces el dolor deja respuestas. Al contrario, te llena de preguntas que o respondes a través de la religión o las dejas con puntos suspensivos. Es fácil llegar a la angustia y la desesperación si no encuentras respuestas porque te enfrentas al misterio de la vida.
Es cierto que no hay una amenaza a la supervivencia en este tipo de dolor. Pero yo creo que hay algo peor: una amenaza a todo lo que creemos. La muerte se alza en todo su esplendor ante nosotros y no podemos hacer otra cosa que agachar la cabeza y aceptar su triunfo. La muerte mata lo que hace vivir al hombre: la esperanza.
Sobrevivir al dolor es, para mi, sobrevivir a la soledad, al sin sentido y a la falta de certezas. Y no es poco. Quizás por ese lado el dolor sí pueda ser visto como la terapia de la que habla Boo, una especie de prueba de nuestros límites, de cuánto somos capaces de soportar en el vacío, sobreponernos a él y construir por nosotros mismos un sentido propio para nuestras vidas.
2 comentarios:
La esperanza es el peor de los males, pues sólo prolonga el tormento del hombre.
"People once believed that when someone dies, a crow carries their soul to the land of the dead. But sometimes, something so bad happens that a terrible sadness is carried with it and the soul can't rest. Then sometimes, just sometimes, the crow can bring that soul back to put the wrong things right"
"If the people we love are stolen from us, the way to have them live on is to never stop loving them. Buildings burn, people die, but real love is forever"
Sarah, en The Crow.
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