Siempre pensé que de chica fui piola y matea. Así me veía yo y pensaba que esa era la imagen que proyectaba. Nunca me he encontrado especialmente bonita y tengo la sensación de que atraigo más por la conversación interesante que pueda generar que por mi facha.
Obviamente jamás de los jamases estuve entre las chicas populares y por eso pensé que jamás ningún chico me iba a pescar ni en bajada. Nunca me amargué por eso, sabía que los puestos de mayor atención estaban reservados para 1 ó 2 chicas de mi clase y la verdad no me molestaba, me gustaba mi lugarcito piola, mi fama de niña tranquila y matea.
Esa era la visión que yo misma tenía sobre mí en esa época y la que, según yo, también deben haber tenido mis compañeritos de entonces. Pero gracias a esa cosa llamada facebook he podido comprobar que el asunto nunca fue tan así.
Por esas casualidades de la vida, ahora, después de como quince años me vengo a enterar de que 2 de esos chicos que yo jamás nunca pensé que se iban a fijar en mí, sí lo habían hecho. Para sorpresa mía que hasta ahora me resulta una cosa de lo más freak.
Foto de... ufff... no me acuerdo... hay gente que pasa por aquí y que me conoce, así que a ellos les doy la pega de encontrarme (Bárbara, tú ya sabes, así que no digas nada... jeje)
Del primero me enteré hace ya varios meses. Se trataba de un chico muy simpático y callado con el que me tocó compartir banco durante dos años, por lo menos, dado que medíamos casi lo mismo (o sea, era bajito =P).
El incidente que más recuerdo fue un día que él llegó con un collar muy bonito con unas piedras azules y me dijo “toma, te lo regalo”. Yo no entendía nada. Al principio no se lo quise aceptar porque: 1) no me lo podía creer, y 2) pensaba que seguramente lo había sacado de su casa, porque si no de dónde iba a sacar un collar. Pero fue tanta la insistencia del chico que acabé aceptándolo y lo tengo hasta el día de hoy.
Quince años después confirmé mis sospechas: me confesó que se lo sacó a una prima (o tía no recuerdo bien). Y que lo había hecho porque yo le gustaba mucho.
Otra foto antigua, del año de la pera más o menos =P (1.- yo no fui a que falté; 2.- los marcados morirán XD)
Hace un par de semanas me enteré del segundo caso. Un chico que a mí me gustaba, que en su momento era bastante popular entre las niñas y que, por supuesto, yo me repetí el mismo discurso: ‘lo más probable es que con raja sepa que respires, pero todo bien’. Así que me quedé muy tranquila, siguiendo mi vida de niña piola-matea normal.
Hasta esa noche cuando comenzamos a hablar por msn y de repente, de la nada me dice ‘sí, si me acuerdo que tú me gustabas cuando era chico’. Incluso me dijo que una vez me había llevado un par de aritos de regalo y que después no se había atrevido a dármelos. Y yo plop. Una vez, vale, pase, pero 2? Claramente la imagen que tengo de mí misma cuando chica y la que creo que tienen los demás es errónea.
Según yo, de niña era una chica ultra tranquila, piolísima y que si destacaba por algo era por ser matea. Pero parece que no es tan así la cosa.
Me está fallando el sistema de los fantasmitas, el cómo creo que los demás me ven, cuál creo que es la imagen que proyecto y todas esas cosas metacomunicacionales freaks. Lo que me provoca una terrible curiosidad por saber cómo me ven los demás, es como unas ganas de espiarse a sí misma como si fuera otra, qué ganas de desdoblarme o de ser invisible un rato... sólo un rato.
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