Blasphemous Rumours

Rumores maliciosos, con o sin intención, con o sin consecuencias, chistosos o simplemente molestos... quién no ha sido objeto del famoso "sabías que..."

En mi corta, pero suculenta experiencia personal, me han colgado desde la típica máscara de niña buenita, responsable y cuasi perfecta hasta la recientemente adquirida de pone-cuernos-descarada. Eso sin contar de mi pseudo embarazo hace un par de años, gracias a un par de "queridas" ex compañeras de colegio.

Si fuese por los rumores sería un caso de reality, sin embargo mi vida suele ser bastante menos adrenalínica... =P. De todas maneras es tremendamente chistoso saber qué piensan los demás de uno, los rollos que se pasan, los cuentos que pueden inventar y, definitivamente, la mala vista de algunos... =D.

Sólo espero una cosa: por favor, necesito enterarme de lo que hice, he hecho y haré... no me pierdo mi próximo rumor, ¡ni por nada!

PD: Comenten los rumores que han inventado de ustedes, los que les gustarían que les inventaran o si alguna vez han contribuido a que algún pequeño chisme de pasillo se convierta en un gran cahuín.

Canción inspiradora:

I don't want to start

Any blasphemous rumours

But I think that God's

Got a sick sense of humour

And when I die

I expect to find Him laughing

Depeche Mode

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Y qué!

La sinceridad es un valor extraño. El sólo hecho de definir la sinceridad ya es problemático: si decimos que ser sincero es decir la verdad, estamos suponiendo de que hay una sola, lo que ya resulta bastante iluso, por decir lo menos. Si, en cambio, la definimos como “decir lo que pensamos” resulta, por lo menos, cuestionable, en cuanto a su pertinencia.

Sin embargo, para muchas personas la sinceridad es un valor en sí mismo. Por ejemplo, para mi papá. Uno de los discursos preferidos de mi viejo es hablar de lo importante que es decir la verdad, siempre, en cualquier circunstancia porque finalmente siempre sale a flote y en ese caso es mejor decirla y blablabla.

Yo no lo tengo así de claro. Creo que los valores sirven para algo más que estar enmarcados a la cabecera de la cama. Para algo más que palabras de buena crianza que lucen bien, que son políticamente correctas y consensuadas socialmente. Para mi los valores tienen que ver con algo más que eso. Tienen que ver con que si los consideramos como tales es que sirven para algo. En otras palabras, en primer término viene el “valor” de los valores.

Y eso es lo que me pasa con palabras como sinceridad que, lanzándolas al aire sin más, suelen sonar huecas. La sinceridad –para mi-, no es buena per se, decir la verdad, puede que no siempre resulte “bueno”, simplemente porque somos humanos, porque a veces es mejor no saber, no decir... qué sé yo...

El decir que “es bueno ser sincero” es un lugar común. Los valores no sirven por sí mismos, tienen una utilidad que va más allá. Uno no es sincero, simplemente porque debe ser así. Se es sincero porque, bajo determinadas circunstancias, es bueno para uno y para el resto.

Hay cosas que uno no quiere escuchar en la vida ¿es tan malo quedarse callado y pasarlo por alto? ¿va a cambiar radicalmente la situación si lo digo? Para bien o para mal?

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