lunes, 29 de marzo de 2010

Noche en la ciudad

No sé si ya se los he dicho, pero yo nací vieja. Al menos si lo vemos desde el punto de vista del adolescente o joven promedio, nunca he encajado mucho con las lógicas de entretenimiento que estos tenían y que todavía tienen.

Hasta el día de hoy me causa una gracia infinita ver las caras cuando les respondo que tomo poco*, que no fumo**, que nunca he probado drogas y que no me interesa hacerlo y que mi mayor estado de embriaguez (si es que se le puede llamar así) consistió en no calcular bien la distancia entre la planta de mi pie y el suelo (sin consecuencias de ningún tipo). La respuesta es siempre la misma: ojos excesivamente saltones, como si quisieran abrirlos hasta abarcar toda la cara con ellos, un ‘¿en serio?’ que brota de sus labios no como pregunta ordinaria, sino como queriendo confirmar una especie de milagro. A continuación de mi repetitivo “así es” viene un período de acostumbramiento en el cual, mientras el cerebro comienza a procesar la información correcta, la mente del individuo choca una y otra vez con los patrones sociales más comunes y su propia experiencia. “No puede ser”, “pues es”, “y cómo no te aburres” o un “¿acaso no tienes vicios?”. Mi respuesta estándar es: “lo que pasa es que tengo otros peores”.




Hace un par de semanas fuimos a una tocata en Bellavista con una amiga. Tocaba una banda tributo de uno de nuestros artistas preferidos y decidimos ir a cabecear y liberar tensiones. Llegamos, nos instalamos en una mesita y, por un par de horas (hasta que la banda salió finalmente al escenario), nuestra actividad consistió en conversar y tomar bebida. Eso hasta que un loquito se acercó a nuestra mesa:

- Chiquillas, las veo aburridas, ¿se quieren unir a nuestra mesa?
- No, gracias, estamos bien.
- Pero en serio, mira, nosotros estamos allá. Tráiganse sus vasos y se sientan con nosotros – el tipo era el típico metalero con pelo largo, vestido de negro con alguna polera ad hoc para la ocasión.
- No, en serio, no te preocupes, lo que pasa es que estamos esperando a los que vienen después, pero no hay drama.

Cuento corto: ante la insistencia del personaje y viendo que en realidad no quedaba demasiado tiempo de espera, decidimos cambiarnos de mesa. Allá nos esperaban un par de tipos, una chica, varias botellas de cerveza vacías y una mayor concentración de humo que donde estábamos.

Es en esta parte donde comienza el frikerío y mi teoría de que en la noche aparece otra raza de idiotas que releva a la masa de ganado embrutecida y compradora compulsiva que abunda durante el día. En la noche salen los inadaptados, los tipos que creen que bebiendo ocultan su estupidez y mediocridad habitual. No, no es que estén ebrios, es que naturalmente también son un poco así.



Primer acto: las preguntas idiotas no pueden ser contestadas con la razón.
- ¿Y ustedes qué hacen?
- Somos periodistas.
- ¿Y por qué no están en Concepción?
Chan. Claro, el terremoto es lo único que pasa en Chile y en el mundo, se nos olvidó, qué tontas de nosotras que no estamos cubriendo la única noticia sobre la faz de la tierra. Shame of us.

Segundo acto: un “no, gracias” es un NO
- Chiquillas, no se trajeron los vasos para tomarse una chelita con nosotros.
- No, gracias.
- No hay problema, si la compartimos ¿les voy a buscar vasos?
- No, gracias, no nos gusta la cerveza –notamos la cara de incredulidad y sorpresa entre los que alcanzaron a escuchar nuestra respuesta en medio del barullo del local.
- ¿En serio?
- Sí –respondemos a coro pensando en cuántas veces hemos tenido que dar esa respuesta y ver esa misma expresión, algunas veces de forma más estética que otras, hay que decirlo.
- No, si igual al principio es mala, pero después uno se acostumbra.
Lejos el peor speech para tratar de convencer a alguien que he escuchado.Ojalá no haya tratado de convencer así a la polola para que le hiciera sexo oral (lol).

Tercer acto: cualquiera sabe más de periodismo que quienes lo estudiamos
- ¿Y ustedes qué piensan de los tipos que opinan sin ser periodistas en la tele?
- Pimero no hay que ser periodista para opinar, segundo la tele no es nuestra principal fuente laboral y tercero, por mucho que quien pone la cara no sea periodista hay 5 giles atrás que son los que le hacen los libretos y le buscan la información que sí lo son.
- ¿Cómo que la tele no es su principal fuente laboral? ¿Y en qué más puede trabajar un periodista?
- Bueno, primero hay otros medios (escritos, radiales, en internet, etc.) y segundo también tenemos el campo de las relaciones públicas, comunicación organizacional, etc.
- Pero para eso están los relacionadores públicos.
- Sí, pero nosotros también estudiamos eso, y usualmente entre un RR.PP. y un periodista, prefieren a éste último.
- No te creo.
- Como quieras, pero así es.

La conversación duró un poco más y el sujeto en cuestión se negaba a creer:
a) Que la tele no fuera nuestra principal fuente de trabajo
b) Que, por lo mismo, la alta tasa de cesantía entre los periodistas se debía a esto y no al hecho de que el número de aspirantes a periodistas superaba ampliamente un mercado que es bastante amplio.
c) Que los periodistas tuviéramos que ver con relaciones públicas, supiésemos de eso y trabajáramos en ese campo.
d) Que particularmente a nosotras 2 nos importaba un pepino que quien diera las noticias o comentara farándula fuera periodista o no.
e) Que no estuviéramos en Concepción.
f) Que la Tierra gira alrededor del sol (esto último no comprobado, pero tenemos fuertes sospechas para intuirlo).




Cuarto acto: pagar por ver lo que no te gusta la lleva
- Yo soy músico. Soy ingeniero químico, pero en realidad soy músico.
- Ya.
- ¿Y sabí lo que pasa? Me cargan estas bandas tributos porque ellos no son músicos de verdad, no son artistas, se dedican a vivir de lo que hicieron otros.
- …
- … y estos weones de los bares prefieren contratarlos a ellos porque atraen más gente ¿como tú que pagaste por verlos? en vez de darle más espacio a los artistas de verdad.
- …
- … por eso me cargan estos weones –mostrando su dedo del medio hacia la sala del lado donde un grupo estaba finalizando su show.
- … ya… creo que ahora viene el grupo que veníamos a ver. Que estés bien pelotudo amargado e imbécil que paga 2 lucas + consumo por ir a ver algo que no te gusta. Chao.

Quinto acto: los borrachitos simpáticos también apestan, sólo que te da más lata decírselo.
Son esos que dejan su dignidad con el primer trago de la noche. Aunque usualmente manejan un concepto de dignidad bastante amplio y cuestionable, así que la diferencia no es mucha que digamos.

Mientras coreamos letras aprendidas de memoria en nuestra adolescencia, nos movemos espasmódicamente y cabeceamos al ritmo de la batería, no falta el borrachito buena onda que se acerca.

Le escena es más o menos así: borrachito se acerca con botella en mano. Nos corremos. Borrachito se acerca más. Lo miramos con un poco de repugnancia condimentado con un dejo de simpatía. Nos ofrece cerveza. En lenguaje de señas le decimos “no, gracias”, le damos la espalda y seguimos cantando con la esperanza de que se vaya a joder a otra parte. Pero no, sigue ahí. Al rato se acerca de nuevo. Nos corremos. Se acerca, nos sonríe y nos pregunta por el nombre de la banda en un inglés digno de Lucho Jara. Asentimos con la cabeza, levantamos el pulgar y tratamos de ignorarlo por décima vez. Vuelve a la carga unas 2 veces más tratando de recordar el nombre de la banda. A la cuarta vez más o menos se cansa… por fin.

Último acto: las niñas con lentes somos especiales
Ya en el paradero -cansadas, con los oídos tapados y la garganta hecha mierda- nos toca otro grupito de giles. Uno se acerca y nos pregunta adónde vamos:

- Lejos.
- Nosotros también. Vamo a la chucha.
- Ya.
- Oye, weon no molestí a las chiquillas –los 2 que estaban más allá se dan vuelta y tratan de persuadir al primero. De más está decir que todos presentan un estado etílico evidente.
- Además ellas tienen lentes –dice el otro iluminado- y tú no.
- Tienes razón –dice el primer jote, se da media vuelta y vuelve con ellos.

No podemos más de la risa. La estupidez ganó la partida esa noche.


* Nada cerveza, a no ser que salga la cerveza Fucking Hell en cuyo caso haré una excepción para poder decir: “I tasted the Fucking Hell... And I'm still alive" =P
** Vale fumé, pero cuando tenía 14 años, hasta que me dí cuenta que era una mierda (lo que pasó unos pocos meses después).

9 comentarios:

Anónimo,  martes, marzo 30, 2010 12:38:00 a. m.  

Y ... era Ingeniero Químico (ponga acá el monito tapandose las manos con la cara).Eso de "soy ingeniero pero en realidad músico" me dio vergüenza ajena. Y me acordé de varios que estudian ingeniería y se viven quejando de la carrera, que ellos querian estudiar otra cosa, que los ñoños, que me cargan los ramos, que los profes, que no tengo vida, que esta facultad inhumana. Si tu carnet dice ingeniero, si tu carton dice ingeniero, si ser ingeniero te paga las cuentas, asumelo.
A mi una vez una "sicoloca" luego de UN test, me dijo que según mi eneagrama debia haber sido artista, y la mandé a la chucha. No entiendo cual es la idea de andarse lamentando toda la vida.

Myriam martes, marzo 30, 2010 10:42:00 a. m.  

Alejandra: uhhh artishta! Pero hermana, deberías haber seguido tu destino, o sea, si lo decía el eneagrama obvio que es verdad xD

Yo creo que ahora más que nunca uno tiene claro que su trabajo y/o profesión no tienen porqué ser la "verdadera vocación" o la forma para alcanzar tu "realización personal". Es cosa de hacerse los espacios (es difícil, pero se puede) ;)

Saludos!

Akira Hokusai martes, marzo 30, 2010 4:32:00 p. m.  

bueno dulce , yo tampoco fumo ni me e drogado , bueno una vez con marihuana pero eso no se puede conciderar droga ademas no tiene ni una gracia...Mi concejo es que deberias aprender defensa personal o llevar en tu cartera una pistola, una cadena pesada, un cuchillo o algo asi,para que cuando aparescan esos weones jugosos les des una buena patada .
en fin .

(Ahora no se como llamarte : myriam,dulce, myriam dulce, dulce myriam , ese ultimo suena un poco mas sexy xD )
saludos.

Cristoxxx miércoles, marzo 31, 2010 6:42:00 p. m.  

No borres mis comentarios Myri, si seguimos siendo amigos, o no?

Myriam jueves, abril 01, 2010 11:35:00 a. m.  

Akira: uno de los sueños de mi papá era que aprendiera defensa personal. Debería hacerlo. Saludos ;)

Cristoxxx: pensaba que ya no te inetresaba... o que quizás te interesaba mucho. Por mí no hay problema en todo caso.

Valen jueves, abril 01, 2010 3:25:00 p. m.  

Jajajajajaja, "ellas tienen lentes y tu no" eso si que ya sobrepaso la estupidez.
Yo concuerdo con alguno de los chicos que comento arriba, deberias aprender defensa personal, aunque por suerte estos giles dentro de todo deben haber sido indefensos.
Muy divertido el relato.
Saludoos.

Myriam jueves, abril 01, 2010 7:13:00 p. m.  

Valen: sí, además que los más borrachos con suerte pueden controlar su propio cuerpo. Pero igual no estaría de más saber dar una buena patada en las gónadas =D

Valen lunes, abril 12, 2010 1:10:00 a. m.  

AJAJAJA PERO ESO SE APRENDE FACIL, LES SEÑALAS ALGO A UN COSTADO Y AHI VA LA RODILLA MUAJAJAJA

Myriam miércoles, abril 28, 2010 6:33:00 p. m.  

Valen: jajajaja... sip, pero no estaría de más saber karate ponte tú para humillarlos =P

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