martes, 23 de diciembre de 2008

What's New Pussycat?

Un gato no es exigente, mientras usted recuerde que le gusta beber la leche en el plato rosa y comer el pescado en el plato azul, de donde lo sacará para saborearlo en el suelo.
Arthur Bridges

Tengo 2 gatas. Una hija de la otra. La mayor es una especie de hija, mi "Niña". Llevamos 11 años y medio juntas y, a estas alturas, me sé sus gustos y mañas de memoria. Por eso me identifico tanto con John Bonachon y Garfield, porque, al igual que el primero, tan sólo necesito mirar a mi gata para sacar qué es lo que quiere.

Aunque a veces la tarea no es fácil. Mañosa como ella sola, altiva, caprichosa y llevada de sus ideas, mi gata tiene unas salidas increíbles, como aquella vez que le dio por echarse encima de mi notebook... mientras yo estaba trabajando en él. No sé cómo logró algo que ni yo sabía hacer: achicar la letra de una página con una combinación de botones del teclado. ¡Qué informática ella!

De vez en cuando duerme a mis pies en la cama... ocupando la mitad de mi colchón. Pero desde hace un par de meses cambió ese lugar por mi almohada. La mitad de mi almohada, obviamente.

Cuando me saca de quicio y la reto se hace la ofendida. Se echa cerca mío, pero me da la espalda (el trasero, mejor dicho) y mueve la cola como si fuera una batidora, demostrando con ello, todo su enojo hacia mi persona. Lo peor: al cabo de un rato me siento culpable, aún peor que si hubiera hecho llorar a un niño pequeño. No me queda otra que pedirle disculpas.

No hay cómo hacerla entender que la mesa del comedor, la mesa de centro y el respaldo del sillón no son lugares aptos para que ella descanse su felinidad. Bueno, en realidad debo reconocer que ya hace muchos años nos dimos por vencidos en ese tema. Su última gracia fue tirar al suelo las páginas amarillas que estaban sobre la mesita del living, para poder estirarse con más facilidad.

Para qué hablar de los shows que arma cuando quiere salir y entrar. Porque, claro, la 'reina de la casa' está empeñada en hacerlo por la puerta principal. Seguramente, las ventanas le han de parecer indignas.

Me va a buscar a la pieza, el baño, la cocina o donde esté y me guía hasta la puerta, se sienta frente a ella, me mira, abre el hocico y deja escapar un 'miau' ahogado, como si estuviera desfalleciendo por salir. Le abro. Al rato escucho pequeños golpecitos en la puerta, que el oído inexperto podría confundir con el viento, pero que todos en la casa sabemos que es mi gata tocando la puerta para entrar.

Cuando tiene hambre, lo que suele hacer es mandar a su hija a joderme la vida. La 'Pulga', con su miau estridente, es capaz de seguirme por toda la casa hasta conseguir unos granos de comida. Si no está cerca, entonces ella misma se encarga de atacar: se planta frente a su plato de comida vacío, me mira con cara de pena (que si me demoro se transforma en categórico disgusto) y hace su maúllido de rigor. Mira el plato, me mira, maúlla, mira el plato, me mira, maúlla.

¿Qué demonios han hecho los gatos con nosotros los humanos? ¿Es que todos le siguen el amén a Garfield? Y nosotros, oh pobres incautos, que pensábamos que era un tira cómica destinada a las personas. Ja! Cuando en realidad no es más que material subversivo para esas pequeñas bolas peludas que parasitan de nuestro bolsillo y de nuestro corazón.

¿Tienen alguna duda? Vean este capítulo:


No crean que detesto a los gatos. Al contrario: me encantan. Me gusta que sean independientes, con sus personalidades tan distintas y tan definidas.

Adoro a mi gata, que ha sido mi compañera de soledad por más de 11 años, fiel a su estilo rudamente cariñoso, delicadamente mañoso y sutilmente altanero. Me sé de memoria sus mañas y sus ardides y estoy convencida de que ella se sabe también los míos. Es huraña, casi nunca ronronea y jamás viene cuando la llamo. Lo sé: yo no soy su ama. Ella me adoptó quizás porqué razón.

Como mucho sospecho. Sospecho que me quiere cuando, un par de veces al año, durante 2 ó 3 días seguidos no se separa de mi lado y me ronronea en cuanto poso mi mano en su cabecita peluda. Lo sospecho cuando me mira con una mezcla de satisfacción, tranquilidad y un brillo, apenas un destello de entusiasmo en sus ojos, cuando me ve llegar.

Me aseguré de eso el día que estuvo muy mal por un absceso y se acurrucó a mi lado dentro de mi cama, ronroneando y buscando calor... como si yo fuera su mamá.

Cuando los gatos sueñan, adoptan actitudes augustas de esfinges reclinadas
contra la soledad, y parecen dormidos con un sueño sin fin; mágicas chispas
brotan de sus ancas mullidas y partículas de oro como una fina arena
vagamente constelan sus místicas pupilas.
Baudelaire

5 comentarios:

Jorge Román martes, diciembre 23, 2008 10:59:00 p. m.  

¿Qué puedo decir? Adoro los gatos por las mismas razones. Son independientes, se hacen los pesados, pero te aman igual. Son silenciosos, delicados y no desviven por su compañero humano, como lo hace un perro.

Incluso, a veces creo que su Niña me tiene cierto aprecio (como cuando me mira después de que le llevo una bolsa de comida, o porque una vez se subió a mi regazo, me dejó acariciarla y ronroneó), lo que considero un gran honor, viniendo de esa diosa egipcia. Je je.

¡Un abrazote!

carmela miércoles, diciembre 24, 2008 8:36:00 a. m.  

A mi me gustan los gatos. Si bien nunca tuve, me gustan bastante...

ojalá en algún momento pueda tener uno y convivir con el para sentirme más identificada con lo que contás.

besos

Unknown miércoles, diciembre 24, 2008 12:35:00 p. m.  

en cambi, querida, yo soy una mujer de perros (sí, también de ésos).
me fascinan los perros.

los gatos son bonitos, punto.

eso sí, nada como la compañía no humana
:)

un besote y felix navidad!!!!

Anónimo,  miércoles, diciembre 24, 2008 10:09:00 p. m.  

Yo también adoro a los gatos. Así que UNA FELIZ NAVIDAD A LOS GATOS XD


Que este día sea fascinante para ti, abrazos Myriam :D


Feliz navidad!!

Myriam viernes, diciembre 26, 2008 11:46:00 a. m.  

Dios pagano: sí, la Niña te aprecia... bastante =P

Carmela: es toda una experiencia convivir con una gato!

Analix: también tengo perros: 2. En otro post seguramente hablaré de ellos, que también son maravillosos a su manera =)

Nav!'s: siii!!! Feliz Navidad a los gatos... jeje. Gracias por tu saludo y que lo pases muy requete bien, niña.

Besotes! n_n

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