El monoteísmo nos tiene cagados. Es el mal que la propia humanidad se ha creado para autodestruirse. Cosa que no me importaría, de no ser porque interfiere directamente con mi vida diaria.
La forma de pensamiento judeo-cristiana está detrás de todo el tinglado de la sociedad occidental. Los buenos y los malos, ellos y nosotros, LA forma de hacer el bien y toda una serie de valores maniqueos que me da naúseas.
Su problema es, justamente, ése: creer en un sólo dios. Una sola verdad. Una sola forma de salvarse. ¿Acaso había en "La Ilíada" una sola visión del bien? ¿Estaba escrito quiénes eran los buenos y quiénes los malos? Al menos no recuerdo ninguna descripción donde pintaran a los troyanos o a los aqueos como tipos que vestían de negro, tenían aliento fétido y sudaban azufre. En general en las culturas politeístas, los dioses no representan el bien y el mal, sino que son personificaciones de distintos aspectos de la vida, cada uno con sus luces y sus sombras, formando un equilibrio necesario entre creación y destrucción.
Sin embargo, el monoteísmo suele mirar en menos al politeísmo. Recuerdo que en el colegio alguna vez me enseñaron que el monoteísmo era símbolo de una cultura superior. De evolución, civilización y no sé cuántas bobadas más. Creer que hay un sólo dios, y no miles de duendes, hadas, dioses promiscuos, diosas ingenuas y celosas, ánimas y espíritus familiares dando vueltas por el mundo, es signo inequívoco de una especie de madurez social.
Yo no sé de qué carajos de "evolución" hablan. ¿Agarrarse a bombazos porque mi dios la tiene más grande que la tuya es ser más socialmente evolucionado que un politeísta al que le da igual cuántos dioses haya mientras sepa a cual tiene que rezarle para tener casa, comida y sexo?
Un excelente chiste... nadie habló de que fuese pacífica, ¿no?
En el monoteísmo no hay múltiples verdades ni formas de hacer el bien. El bien es uno: dios (Yahvé, Jehová, Alá, o como carajos se llame). Y el mal también es uno: todo aquello que se le opone. El mal es como Sauron en "El Señor de los Anillos": una cosa que no conocemos, pero que nos parece amenazante, algo odioso y fétido, que imaginamos lleno de podredumbre espiritual y física, la síntesis de todo lo malo del mundo, desde no tirar la cadena del baño hasta... (redoble de tambores) tratar de conquistar el mundo (risa maléfica de fondo).
El mal es eso que está allá lejos, bien lejos de nuestras fronteras, pero que está permanentemente amenazándonos con apoderarse de nuestras voluntades frágiles y tendientes a la tentación.
En el cristianismo, por ejemplo, la maldad está representada por los antiguos símbolos de los cultos paganos, o sea, aquello que se oponía a los afanes expansionistas propios del monoteísmo. Y aquellos que no pudieron demonizar, los asimilaron; estrategia simple y muy eficaz.
Curiosamente, el bien no es tan diferente a eso. También es algo lejano, pero bello, pulcro y lleno de luz. Todo lo opuesto a la maldad, pero igual de inalcanzable que ella.
Contemplad el mal en toda su malignidad... sólo comparable con los esbirros de Sauron, tipos fantasmales, vestidos de negro con capuchas a lo KKK, con voz cavernosa en sonido stereo y con espadas llenas de corrupción, ergo, malos.
El monoteísmo es unidimensional. El bien está de nuestro lado, mi dios le pateará el trasero a tu dios, somos el 'pueblo elegido'... el mundo es una gran pastel que se divide entre lo que se come porque nos hace bien, es rico y por último porque dios lo manda; y lo que está prohibido porque a dios se le ocurrió.
El monoteísmo más fiel es ver a George W. Bush diciendo que están con ellos o en su contra, creyéndose defensor del dios católico cuya misión es derrotar al 'Eje del Mal'. Es abrir una Biblia dedicada a la 'familia del siglo XXI' y encontrarse con este tipo de comentarios:
La victoria del Carmelo es la victoria de Yahvé. También es la victoria de Elías. Dios necesita del hombre y salva por medio de los hombres. Nos choca la matanza que sigue; pero Elías vivía en un mundo violento en que la muerte era la suerte normal de los vencidos, y él pensaba de acuerdo con su tiempo.
Además, esta matanza brutal nos enseña que perder la vida no es cosa tan grave como vivir al servicio de valores falsos, engañándonos y engañando a los demás.
Este es el valioso comentario moral corresponde a
1 Reyes, capítulo 18, versículos 17-46 (más concretamente entre el 27 y el 40), donde se cuenta cómo el profeta Elías degolla a 450 profetas de Baal en el torrente del Cisón. Lo que transcribí textualmente corresponde a la Biblia "traducida, presentada y comentada para las comunidades cristianas de Latinoamérica y para los que buscan a Dios" (si dios es ese tipo sediento de sangre, yo no me quiero encontrar con él). Es de la edición revisada en 1995 de la Editorial San Pablo.
Pero analicemos un poco la lección de amor y tolerancia de este pequeño extracto:
"Elías vivía en un mundo violento en que la muerte era la suerte normal de los vencidos, y él pensaba de acuerdo con su tiempo"
¿Elías vivía en un mundo violento? ¿Acaso nosotros vivimos en un mundo muy pacífico? Por favor, ahora resulta que la violencia es perfectamente justificada en sociedades menos "evolucionadas"? Qué comentario más positivista y estúpido.
"Esta matanza brutal nos enseña que perder la vida no es cosa tan grave como vivir al servicio de valores falsos, engañándonos y engañando a los demás".
Es exactamente lo mismo que piensan los musulmanes que se amarran explosivos en la cintura o que estrellan aviones contra edificios, dejando a su paso cientos y miles de muertos CIVILES.
Jesús antes del cambio de imagen de come-herejes a hippie santón. Lejos, uno de los mejores inventos de marketing para lavar la imagen de la Iglesia Católica.
Muchos dirán en qué me afecta esto, qué tanto me molesta. Simple: al creer en UNA verdad absoluta, los monoteístas están
obligados a dar a conocer la 'buena nueva' y a convencer a su prójimo de adorar al 'verdadero dios'. Este es el deber ser de católicos, cristianos de todos los colores y musulmanes, que se solazan propagando la 'verdadera fe', gritando en la calle con una Biblia en la mano y jodiéndote la vida los sábados en la mañana cuando pasan a ofrecerte la 'palabra de dios'.
Es un deber ser de todo monoteísta que se precie de tal, tratar de convencer al prójimo de LA manera de salvarse del Infierno. Y el que diga que no lo es, entonces no es un monoteísta convencido así de simple. Si creen que hay un sólo dios en el Universo tienen el deber moral de conseguirle más corderos para el sacrificio, así lo mandan los dos libros fundamentales de estos locos de atar: la Biblia y el Corán.
Por lo demás sería bien vaca de su parte no tratar de evangelizar al resto, mostrándoles la 'senda del bien', sabiendo que ellos tienen el camino hacia la salvación ¿no? Eso inmediatamente los convertiría en pésimos critianos o mahometanos.
Hay una excepción a esta regla: los judíos. Ellos son los únicos monoteístas que no se molestan en convertir al resto porque saben de antemano que son los únicos con derecho a salvación divina. Son el 'pueblo elegido' no sólo porque crean en su famoso Jehová, sino meramente por un asunto étnico (lo cual ha dado pie para que el Estado de Israel se transforme en un Estado etnocrático; ¿sabían ustedes que un judío que viva en Chile tiene más derechos que un israelita no judío que viva en Israel?).
El cristianismo, al igual que el islamismo y el judaísmo, son corrientes de pensamiento altamente verosímiles y engrandecedoras para el espíritu.
Lo bueno de todo esto es la imposibilidad de una coexistencia pacífica entre estos montruos. Mi esperanza es que tarde o temprano se terminen haciendo pedazos por sus respectivos dioses, matándose entre ellos, y de paso al resto del mundo.
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